Lunes, 02 Junio 2003
Jun02

El lado oscuro de Rafa Moreno Valle

Antes de que se cumpla el plazo de 90 días establecido por el Congreso del estado para concretar la separación de la Secretaría de Desarrollo Social (SDS) de la Secretaría de Finanzas y Administración (SFA), la honestidad política y la eficiencia administrativa de Rafael Moreno Valle Rosas podrían quedar en entredicho.

 

Y es que las evidencias de que la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social (SFDS) fue utilizada como trampolín político, para impulsar su precandidatura a la gubernatura del estado, empiezan a salir a flote.

 

Por lo pronto la aparición de “aviadores” escondidos entre las 2 mil 548 plazas que integraban su abultada nómina de personal, la discrecionalidad con que se asignaban las compensaciones con la clave J5 y J8 a sus asesores y colaboradores de mayor confianza, y la inclusión de “mapaches electorales” y operadores políticos en “listas de raya” de la Coordinación de Vinculación Social o “confidenciales” de personal externo dejaron de ser una mera presunción.

 

Las evidencias en poder de este espacio dan al traste con la imagen que Rafael Moreno Valle quiere vender en su faceta de candidato a diputado federal y aspirante a gobernador: la de un funcionario probo, eficiente, moderno, visionario y alejado de los estigmas del político tradicional priísta.

 

La verdad el ex secretario de Finanzas es más de lo mismo, un bebesaurio priísta con pinta de tecnócrata y costumbres patrimonialistas, que no resistió la tentación de usufructuar los fondos y recursos públicos en beneficio de su proyecto político personal.

 

En términos de eficiencia y austeridad presupuestal, la nómina de la Secretaría de Finanzas durante la gestión de Rafael Moreno Valle, comparada con la que en su momento heredaron José Luis Flores Hernández y Luis Antonio Godina Herrera, deja mucho que desear.

 

Tan solo el staff de Moreno Valle lo integraban 86 plazas, con un costo mensual de un millón 205 mil pesos. De éstas, 38 estaban directamente adscritas a su oficina, y las restantes 48 se distribuían entre la Dirección de Asuntos Jurídicos y la Dirección de Comunicación Social.

 

Pero en realidad su staff era mayor, pues dentro del mismo no fueron incluidas las plazas de la coordinación de giras y de enlace con presidentes municipales, así como algunas de la coordinación de vinculación social que también estaban a su exclusivo servicio.

 

De su oficina dependían al menos nueve asesores, algunos de los cuales percibían salarios mensuales por un monto 42 mil 854 pesos (hoy ganan 45 mil pesos: 11,870 de sueldo, 270 de despensa, 30,984 de compensación J5 y 1,876 de compensación J8), cantidad idéntica a la que se embolsaba mes con mes su secretario particular, quien ahora hace las veces de cuña del subsecretario de Egresos de la dependencia, José Joaquín Fernández Trujillo.

 

Sin embargo, las mayores anomalías en cuanto a personal se encuentran en lo que era la Coordinación de Vinculación Social, en la que figuran desde ex diputados y ex presidentes municipales, pasando por representantes y ex representantes del PRI en los organismos electorales, hasta conocidos “mapaches electorales”.

 

Para no aburrirlo con muchos nombres, únicamente le citaré los más conocidos de una primera lista: Silvia Tanús Osorio, actualmente con licencia; la ex diputada Enoé González Cabrera, y su hermano José Luis, adscrito a la Dirección de Proyectos Productivos; así como Darío Salas Pérez, representante del PRI ante el Instituto Electoral del estado (IEE); Jorge Tarsicio Valderrábano Cuevas, delegado del PRI en Xicotepec de Juárez; Sergio Freeman Meza, conocido operador electoral; Bruno García Rodríguez, ex presidente municipal de Venustiano Carranza; Julio César Sánchez Farfán y José Julián Hamud Montiel.

 

Un caso por demás ilustrativo del tipo personal que se contrató para laborar en la Coordinación de Vinculación Social durante la gestión de Moreno Valle es el llamado “externo” y que aparece en una relación supuestamente “confidencial”.

 

Lo que llama la atención de los nombres que en esa relación aparecen con salarios que van de los 11 mil 500 a los 16 mil pesos es que casi todos hoy están metidos de lleno en las campañas del PRI, la mayoría en la de Silvia Tanús, candidata a diputada federal por el distrito 12 con cabecera en la capital del estado. Entre ellos Octavio Mercado Villagra, Ramón Chilián Rodríguez, Emma Martínez Hernández, José Luis Urbina Espadas, Omar Rodríguez González y José Manuel López Balbuena, quienes junto con Al Dixón Ayala y Ricardo Meza Colotl tienen un denominador común: son operadores electorales.

 

¿Es esta la renovación ofrecida por Moreno Valle? ¿Es así como pretende que el estado, el gobierno y la política progresen?

 

¿Renovar para progresar? Si, ¡cómo no!

 

Hasta la próxima.