Lunes, 06 Diciembre 2004
Dic06

Decepcionó a magistrados inconformidad panista

Aunque el Tribunal Electoral del Estado (TEE) tiene hasta el 10 de diciembre para resolver el recurso de inconformidad interpuesto por el Partido Acción Nacional (PAN) en contra del cómputo de la elección de gobernador, la declaración de validez y el otorgamiento de la constancia de mayoría al priísta Mario Marín Torres, las posibilidades de que éste sea aceptado son prácticamente nulas.

 

Varias son las razones:

 

Una y quizás la principal es la diferencia de votos entre el ganador de la contienda, Mario Marín, y el candidato del partido inconforme, Francisco Fraile García; el primero obtuvo 886 mil 535 sufragios, mientras el segundo 642 mil 519. La diferencia entre uno y otro no sólo es de 13.6 puntos, sino de 244 mil 16 votos.

 

Si las cifras y porcentajes fueran distintos, es decir muy parejos, o fuera de lo que las encuestas habían pronosticado, el recurso del PAN podría ser viable, pero dado el contundente resultado a favor del PRI y su candidato, la verdad es que no hay elementos para suponer que el Tribunal Electoral optará por anular el proceso y convocar a elecciones extraordinarias.

 

Una segunda razón, también de orden político, es la aceptación de los resultados por parte de  la mayoría de los actores del proceso electoral. Y es que nadie, con excepción del PAN, ha puesto en duda el triunfo de Mario Marín en las elecciones del 14 de noviembre. De hecho, aún antes de los comicios, la percepción sobre quién sería el ganador de la contienda era casi generalizada.

 

Otra razón, ésta de orden técnico procesal, es la demanda en sí misma, presentada por el PAN ante el Instituto Electoral del Estado (IEE) el pasado 24 de noviembre, y que el viernes a más tardar tendrá que resolver el TEE.

 

Y con ello no me refiero sólo al error que aparece en el primer punto de Hechos del recurso, donde se asienta que las elecciones para gobernador de Puebla se celebraron el pasado 5 de septiembre de 2004 y no el 14 de noviembre del año en curso.

 

Ese día, el 5 de septiembre, sí hubo elecciones de gobernador, pero en Veracruz.

 

En realidad, mi cuestionamiento va al contenido y fondo de la impugnación. Me explico:

 

En su recurso para apelar a la causal abstracta de nulidad, el PAN esgrime una serie de agravios cometidos en su contra, y por los cuales se supone que el PRI y su candidato a la gubernatura sacaron ventaja para ganar los comicios, sin embargo nunca logra acreditar cómo tales hechos influyeron en los resultados finales del proceso.

 

En su voluminosa demanda, promovida por Rafael Guzmán Hernández, el PAN consigue documentar con notas y recortes periodísticos, fotografías, audios y videos, cómo el PRI arrancó su campaña con más de un año de anticipación y fuera de los plazos legales; cómo Mario Marín se valió del programa Oportunidades, las graduaciones escolares, los símbolos religiosos, del reparto de despensas y paquetes básicos de salud, así como camisas rojas para hacer proselitismo y coaccionar la voluntad de los electores; y cómo Enrique Doger aprovechó la estructura y los recursos de la UAP para promocionar su imagen, pero no cómo tales sucesos repercutieron en los resultados de los comicios.

 

Lo que en el recurso panista no queda claro es por qué el PRI ganó como ganó, ni la forma en que tales agravios se conjugaron para que Mario Marín fuera el triunfador por encima de Francisco Fraile con más de 240 mil votos de diferencia en el estado o para que la votación del tricolor en algunos municipios, como el de Puebla, no sólo no disminuyera en términos porcentuales como venía ocurriendo en las últimas elecciones, sino que incluso registrara un crecimiento atípico de casi el 34% con respecto al 2001.

 

Y es que más allá de los agravios cometidos por el PRI y su candidato Mario Marín, los panistas deben reconocer que los de enfrente hicieron mejor las cosas: pues no sólo designaron al candidato más popular, de más confianza y mejor posicionado, sino porque éste, junto con Enrique Doger Guerrero en la capital del estado, trabajó con método a partir de un diagnóstico de lo debía y no debía hacer.

 

INTRAMUROS

Para alegría de muchos y tristeza de otros, Roberto Grajales Espina ya no irá a la Secretaría General del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional, y su cuñada Angélica Ramírez Luna dejará de ser diputada federal, pues pedirá licencia para irse con su marido a Canadá, donde encontró trabajo como diseñador automotriz.

 

Así las cosas, el dirigente estatal del PAN, Eduardo Rivera Pérez, ya invitó como su segundo de abordo a Raúl Ramírez Drouaillet (¿así se escribe?), quien se desempeñó como coordinador de giras en la campaña de Francisco Fraile García a la gubernatura de Puebla.

 

Raúl Ramírez es poblano y ha ocupado cargos en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN, como funcionario del Movimiento Ciudadano, de la Secretaría de Acción Electoral y de la Secretaría General como adjunto de Antonio Lozano Gracia.

 

Actualmente labora en la Coordinación de Giras de la Presidencia de la República, a donde regresó tras las elecciones del pasado 14 de noviembre en la entidad. Sin embargo no se descarta que en enero del año entrante regrese a ocupar la posición que dejará vacante Rafael Micalco Méndez cuando se vaya de diputado a la LVI Legislatura del Congreso del estado.

 

Lo único que lo detiene para aceptar la oferta de Eduardo Rivera es la lana. Y es que Raúl Ramírez gana 40 mil pesos mensuales en el gobierno foxista, mientras que el salario de Rafa Micalco en la Secretaría General del CDE es de apenas 20 mil.

 

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A propósito.

 

Rafael Micalco Méndez no será el coordinador del grupo parlamentario del PAN en la próxima legislatura del Congreso del estado, tampoco Raymundo García García, sino un recomendado de éste: Víctor León Castañeda, ex presidente municipal de San Martín Texmelucan y diputado federal por ese distrito.

 

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Quien anda que no cabe de contenta es María del Carmen Quiroz Presa, pues sin que lo esperara se convertirá en diputada federal, ahora que su compañera de partido Angélica Ramírez pida licencia para separarse del cargo, lo cual ocurrirá en el transcurso de los próximos días.

 

Quiroz Presa es esposa de Tiburcio Mota Guerrero, quien está por ser despedido, junto con su jefe, Ramón Mantilla González de la Llave, de la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), dizque por incompetentes.

 

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Ahora que los panistas se la verán dura en el próximo sexenio, pues no ganaron la gubernatura del estado y perdieron el ayuntamiento de Puebla, la puja por las delegaciones federales está en su apogeo.

 

Entre los panistas que andan tras una delegación anote usted los nombres de Roberto Grajales Espina, Jaime Zurita García, Leonor Popócatl Gutiérrez, Daniel Anteliz Magaña e Irma Adela Fuentes, más los que se acumulen esta semana.

Otro que también está metido en la puja por las delegaciones federales, y no porque quiera ser delegado, es Eduardo Rivera.

 

Su interés es electoral, pues como alfil de Felipe Calderón Hijonosa, quiere colocar en esos puestos a gente que más tarde que temprano apoye la candidatura del michoacano a la presidencia de la República.

 

En esta maniobra Lalo Rivera tiene como aliado al secretario de acción gubernamental del CEN del PAN, Alejandro Zapata Perogordo, otro de los operadores de Felipe Calderón.

 

EN CORTO

El hombre de más confianza del gobernador electo Mario Marín Torres, es el principal interesado en quitarle al PAN tres de las ocho diputaciones de representación proporcional que le asignó el Instituto Electoral del Estado, para darle una al perredista Rodolfo Huerta Espinosa, otra al Partido Verde Ecologista y una más a Convergencia. En el transcurso de la semana pasada el aún diputado Javier López Zavala se reunió con directivos del Instituto y del Tribunal Electoral para decirles que la asignación de diputados plurinominales que benefició al PAN con ocho curules debía reconsiderarse. ***** Y hasta la próxima.