Lunes, 26 Abril 2004
Abr26

Los estragos del binomio PRI-UAP

La convocatoria que normará el proceso de selección del candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla ya no saldrá la próxima semana, como se había adelantado, sino hasta mediados o finales de mayo. La demora está relacionada con la falta de consenso de los principales actores al interior de la Universidad Autónoma de Puebla sobre la persona que sustituirá a Enrique Doger Guerrero en la rectoría, cuando éste presente su renuncia.

 

De la falta de acuerdos al seno de la UAP han sido informados en su oportunidad el gobernador Melquiades Morales Flores y el candidato del PRI a la gubernatura, Mario Marín Torres, actualmente de “gira internacional” por París, Francia.

 

Ambos saben de las intenciones de Enrique Doger por dejar en la rectoría de la UAP a su tocayo Enrique Agüera Ibáñez, y de las acciones que un grupo de universitarios —otrora aliados de aquel— despliega para que el nombramiento de rector sustituto recaiga en la persona de Armando Valerdi y Rojas.

 

En los hechos las actitudes de Melquiades Morales y Mario Marín frente a lo que sucede en la UAP han sido distintas. El gobernador ha tratado de conciliar intereses en apoyo de Enrique Doger, aunque sin mucho éxito, mientras que el abanderado priísta se muestra partidario de que el rector negocie tanto su salida como el nombramiento de su sucesor.

 

La posición de Marín se entiende en función de su propia conveniencia. De entrada, el candidato del PRI no quiere conflictos en la Universidad y tampoco hacer de Enrique Doger un político poderoso que desde la UAP y la presidencia municipal de Puebla se convierta en el Marín de Melquiades. El que las hace no las consiente.

 

De ahí que los miembros del Estado Mayor marinista no sólo estén plenamente informados de los pasos que los opositores de Enrique Doger vienen dando en la UAP, para impedir que el secretario general de la institución, Enrique Agüera, sea nombrado rector sustituto, sino que incluso alienten las posibilidades de Armando Valerdi como relevo de aquel.

 

Sin embargo, lo más delicado en perjuicio no de Enrique Doger, sino de la estabilidad de la Universidad, es la conformación de un movimiento antidogerista que en aras de restituir el orden legal universitario se apresta a iniciar una campaña de denuncias sobre supuestas acciones de corrupción, tráfico de influencias y desvío de fondos públicos con propósitos político-clientelares.

 

Como parte de esta campaña ha comenzado a circular un llamado Manifiesto donde se exige la revocación del mandato de Enrique Doger como rector de la UAP. Textualmente se expresa lo siguiente: “Considerando que se ha violado la legalidad universitaria en sus artículos 3,7,14,15 y capítulo 1 de la Ley de la BUAP, así como de los artículos 4, 5, 53, 138, 139, 149, 150 y 151 del Estatuto Orgánico y demás relativos, y del artículo 3º constitucional en su fracción VIII, queda fundada y tiene procedencia la suspensión y revocación del cargo de Rector de la BUAP, así como de sus derechos universitarios, al c. Enrique Doger Guerrero”.

 

Esta no es la única señal de alarma. El viernes, el ex rector Alfonso Vélez Pliego, en entrevista con Renata Vázquez García, de Tribuna Radiofónica, afirmó que Enrique Doger ya debe renunciar a la rectoría de la UAP debido a que la Universidad está en riesgo de ser un instrumento al servicio del PRI.

 

¿Por qué forzar tanto las cosas? ¿Por qué poner en riesgo la estabilidad de la Universidad?

 

¿No sería mejor que las cosas en el PRI las resuelvan los priístas, y los asuntos de la UAP los propios universitarios?

 

El binomio PRI-UAP se está agotando. La sociedad que hoy tiene una buena imagen de la Universidad y su rector empieza a percibir a un Enrique Doger que le saca provecho político a su investidura, en detrimento de la autonomía de la máxima casa de estudios, y los universitarios a darse cuenta de que si no ponen un alto a las injerencias del gobernador y de Mario Marín, la UAP seguirá siendo usada como trampolín político, en perjuicio de su desarrollo académico y científico.

 

INTRAMUROS

La sucesión rectoral en la Universidad Autónoma de Puebla aún no está definida.

 

El miércoles el rector Enrique Doger Guerrero se reunió en el Crowne Plaza con la mayoría de los directores de escuela y facultad de la UAP.

 

Ahí les habló de sus intenciones de contender por la presidencia municipal de Puebla y de su preocupación por que a su retiro la estabilidad de la máxima casa de estudios de la entidad se mantenga.

 

A la comida asistieron también tres personajes que, a decir del rector, podrían sustituirlo: Enrique Agüera Ibáñez, Armando Valerdi y Rojas y Jaime Vázquez López.

 

Cuando la reunión estaba por concluir, Enrique Doger pidió al secretario general, al coordinador de la unidad de asesores y al vicerrector de Docencia que abandonaran el salón. A Javier Casique también le hizo la misma solicitud, de suerte que el rector se quedó solo con los directores.

 

Y fue entonces que les repartió unos papelitos a manera de boletas electorales con tres números y tres nombres: 1) Enrique Agüera, 2) Armando Valerdi y 3) Jaime Vázquez. El rector les pidió que votaran por aquel que consideraran como el más apto para sustituirlo.

 

Este ejercicio trajo a la memoria uno muy similar que hace siete años realizó José Doger Corte, en el Centro de Tecnología Educativa (CETE), con los directores de entonces, aunque en aquella ocasión el voto fue electrónico, es decir, a través de computadora. Supuestamente para mantener el secreto del voto.

 

¿Quién ganó la elección? es algo que solo sabe Enrique Doger, pues él y nadie más fue quien recogió y se quedó con los papelitos.

 

La votación no duró más de dos minutos.

 

EN CORTO

            Tras su gira internacional por España y Francia, el candidato del PRI a la gubernatura del estado, Mario Marín Torres, regresará a Puebla el próximo 28 de abril, para posteriormente viajar a los Estados Unidos a fin de asistir a los festejos que los migrantes mexicanos realizan en Nueva York y otras ciudades norteamericanas con motivo del 5 de Mayo. La salida de Marín a la Gran Manzana está prevista para el 30 de abril. Sin embargo, no descarte usted que antes de tomar el avión se reúna con el rector de la UAP, Enrique Doger Guerrero, para afinar detalles sobre su nominación y sobre quién se quedará finalmente al frente de la máxima casa de estudios como rector sustituto. ***** Con la toma de posesión ayer de Pericles Olivares Flores como delegado especial del PRI en Tehuacán y el nombramiento de Mario Montero Serrano como secretario general de la dirigencia estatal priísta, el rector de la UAP tiene prácticamente el camino despejado para hacerse de la nominación de este partido a la presidencia municipal de Puebla. Claro, si otra cosa no sucede en la UAP. ***** Cuentan que las elecciones celebradas el pasado viernes para nombrar a los integrantes del Consejo Estudiantil del departamento de Derecho de la Universidad de las Américas fueron de lo más divertidas y escandalosas. Resulta que al realizarse el cómputo de la elección, los números no cuadraban, pues había más boletas que votantes. El asunto se investigó y las conclusiones no tardaron en conocerse: hubo fraude con 50 boletas de más a favor de la planilla Veritas; éste fue cometido entre otros por Guillermo Morales y Mario Montero, hijos de Jesús Morales Flores y Mario Montero Serrano, respectivamente, y la elección —que el mismo viernes fue anulada— tendrá que repetirse. ***** Celso Fuentes Ramírez pidió licencia al cargo de director del Periódico Oficial del estado, para asumir la delegación especial del PRI en Izúcar de Matamoros. ***** Y hasta la próxima porque el espacio ya se agotó.