Lunes, 16 Agosto 2004
Ago16

Marín, llegó a su tope de crecimiento

A una semana del inicio del proceso de registro de candidatos ante el Instituto Electoral del Estado, el panorama político para el PRI aún sigue siendo optimista, aunque no exento de preocupaciones, más por factores internos que externos.

 

De entrada hay que decir que la ventaja que hasta hace un par de meses Mario Marín Torres y Enrique Doger Guerrero sacaban a sus contrincantes panistas Francisco Fraile García y Pablo Rodríguez Regordosa dejó de ser dos a uno; la diferencia de 15 a 20 puntos que todavía como partido tienen sobre el PAN es cómoda, mas no contundente, ni definitiva.

 

La razón estriba en que el PRI y sus candidatos alcanzaron el tope de crecimiento, es decir, sus porcentajes de intención de voto llegaron a lo máximo que podrían llegar, por lo que el reto tanto de Marín como de Doger no consiste en cómo subir más puntos, sino en cómo perder los menos posibles.

 

Y es aquí donde los factores endógenos al PRI comienzan a jugar en contra de la ventaja de sus candidatos a la gubernatura y a la presidencia municipal de Puebla, de cara a los comicios del próximo 14 de noviembre.

 

Un primer factor que tiende a restar puntos a Mario Marín son los problemas y divisiones que están dejando los procesos internos de selección de candidatos a presidentes municipales y diputados locales, sobre todo en municipios y distritos considerados estratégicos.

 

De los 35 municipios prioritarios para el PRI, en 16 se optó por designar candidatos de unidad, pero con un grave problema: los elegidos no siempre eran los mejor posicionados o quienes encabezaban las encuestas. En algunos casos Marín impuso a los candidatos, como en Zacatlán con Teodomiro Ortega González; en otros optó pagar compromisos, a sabiendas de que los elegidos tampoco eran los mejor evaluados en las encuestas como en Tehuacán con Marco Antonio Haddad Yunes, y en San Pedro Cholula con Juan Pablo Jiménez Concha; y en otros más permitió que los integrantes de su burbuja inclinaran la balanza.

 

Adicionalmente, habrá analizar cómo terminan las elecciones internas en otros municipios prioritarios, donde cualquiera que sean los resultados no hay duda de que los priístas saldrán divididos como en Huauchinango, San Martín Texmelucan, Tepeaca, Izúcar de Matamoros, Huejotzingo, Amozoc y Zacapoaxtla, entre otros.

 

Otro factor que también tiende a reducir el margen de victoria tanto a Marín como a Doger en la capital del estado -que en términos electorales representa un tercio de la votación total-, es la irrupción del ex priísta Jorge Morales Alducin como candidato del PRD a la presidencia municipal de Puebla.

 

Más allá de su locuaz estilo, nadie puede regatearle al “primo incómodo” del gobernador Melquiades Morales Flores influencia y presencia en sectores populares donde se localiza el voto duro del PRI, ése que en el 2001 abandonó al priísta Carlos Alberto Julián y Nacer, al no salir a las urnas como se esperaba, haciéndole perder la presidencia municipal de Puebla.

 

Morales Alducin puede llegar a convertirse en algo más que una simple piedra en el zapato de Enrique Doger, pues una parte de los votos que al final coseche el abanderado perredista no sólo provendrán del PRI, sino que incluso podrían marcar la diferencia entre el ex rector de la UAP y el candidato del PAN a la alcaldía poblana, Pablo Rodríguez.

 

Lo que algunos marinistas no han querido entender es que en la medida que Morales Alducin le reste votos a Enrique Doger también se los estará restando a los candidatos a diputados locales por los seis distritos de la capital e incluso al propio candidato del PRI a la gubernatura del estado.

 

Un tercer factor, del cual nos ocuparemos con más detalle en una próxima entrega, es el relativo a las disputas que se libran al interior del equipo marinista, y especialmente entre los miembros de la llamada burbuja, y que hoy tienen al presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Mario Montero Serrano, en la picota política.

 

INTRAMUROS

La versión de que el ex priísta Jorge Morales Alducin, virtual candidato del PRD a la presidencia municipal de Puebla, es un títere o un invento del PAN para perjudicar la campaña del priísta Enrique Doger Guerrero, es totalmente falsa, al menos en su primera parte.

 

Me explico.

 

Morales Alducin es el abanderado de los perredistas, no porque el PAN haya influido en la dirigencia nacional del sol azteca, que finalmente fue quien lo designó, sino porque es el único que le garantiza -pese a su tormentoso pasado priísta- un porcentaje de votación superior a un dígito y que el PRD se mantenga en la tercera posición de las preferencias electorales en la capital del estado.

 

No hay que olvidar que en los comicios de hace tres años el PRD estuvo a punto de ser desplazado al cuarto lugar por el PVEM. Éste obtuvo el 3.53% de la votación total, al computar 13,473 sufragios, contra 14,273 del entonces perredista Eduardo Ochoa Jiménez.

 

Lo que en realidad ocurre es que la virtual nominación de Jorge Morales más que afectar al PAN lo beneficia, porque a diferencia de lo que sucedió en 1998 con Emilio Maurer Espinosa, que le quitó votos a su candidato José Antonio Díaz García, hoy el perjudicado podría ser el del PRI, Enrique Doger.

 

Por una razón: El llamado primo incómodo del gobernador Melquiades Morales Flores tiene influencia y presencia entre vendedores ambulantes, locatarios y tianguistas de ropa y productos perecederos, así como entre taxistas, choferes de microbuses y vecinos de colonias pobres y barrios populares, es decir, en sectores donde se localiza el voto duro del PRI. Ése que abandonó a Carlos Alberto Julián y Nacer hace tres años y le hizo perder la alcaldía de Puebla.

 

Y esto lo sabe mejor que nadie el ex rector de la UAP, de ahí sus fallidos intentos por descarrilar a Morales Alducin, valiéndose de algunos grupos perredistas locales y de su relación con la hoy gobernadora electa de Zacatecas, Amalia García Medina.

 

EN CORTO

Ahora que el Instituto Electoral del Estado ha comenzado a licitar diversos contratos relacionados con la elaboración de urnas y mamparas, la impresión de hojas de datos, boletas electorales y actas de escrutinio, y el monitoreo de medios de comunicación, no estaría de más que los consejeros, la contraloría interna, la Secretaría de Finanzas y el Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del estado se pusieran a comparar costos. Puedo anticiparles que si hacen este ejercicio, revisando las compras del proceso electoral del 2001 con las del actual, se llevarán no pocas sorpresas que podrían dejar muy mal parado al actual presidente del IEE, Alejandro Arturo Necoechea Gómez. A reserva de ampliarle detalles en una próxima entrega, hoy solo le adelanto que el costo de los 6 mil códigos que este año se mandaron a imprimir fue casi 50% menor al de hace tres años, y eso que en éstos se incluyeron la Constitución política del estado y los reglamentos internos del Instituto. ¿Qué pasó?, es algo que en los próximos días tendrán que explicar los directivos del máximo órgano electoral del estado, máxime que son los mismos, pues hasta ahora no existe una explicación lógica de cómo después de tres años, donde los costos de papel, tinta y otros insumos se encarecieron, los códigos electorales salieron más económicos, pese –insisto- a ser de mejor calidad y a contener más hojas. Esta misma situación, puedo anticiparle, se repetirá con la licitación del material electoral cuyo fallo se conocerá este lunes: los precios que el Instituto Electoral del Estado pagará por urnas y mamparas será inferior al de hace tres años, y también los serán los de impresión de papelería electoral. ¿Alguien puede explicar a qué obedecen estas reducciones? ***** En los días por venir la Asociación de Mujeres Periodistas y Escritoras de Puebla (Ampep) será escenario de una nueva disputa de telenovela política. Resulta que su actual presidenta, Diana Isabel Hernández Juárez tiene planes de reelegirse por dos años más, como condición para lograr una regiduría en la planilla de Enrique Doger Guerrero a la alcaldía de Puebla. El problema para Diana es que su posición también la quieren las periodistas Josefina Zárate y Juanita Armas, y que éstas no están dispuestas a apoyarla “a pesar de que los tiempos políticos así lo recomienden”.  Pero lo que pocos saben es que la coordinadora de producción de Radio UAP tiene un as bajo manga, para conseguir su propósito: que de las afiliadas a la Ampep, solo una cuantas están al corriente en el pago de sus cuotas, pero que además casi todas ellas son amigas o simpatizantes suyas. Por lo pronto este martes habrá una reunión en el Instituto Cultural Poblano donde de dará a conocer la convocatoria para la elección de la próxima presidenta de las mujeres periodistas y escritoras de Puebla. ***** Y hasta la próxima.