Lunes, 22 Marzo 2004
Mar22

Mario Marín, pinta su raya

El que Mario Marín Torres se haya comprometido en su primer discurso como candidato del PRI a la gubernatura de Puebla a excluir de su equipo a los corruptos, porque “la corrupción lastima a la sociedad”, es sintomático.

 

No sólo porque el abanderado del PRI parece estar consciente de que sus contrincantes, y en particular el PAN, se colgarán del tema para minar al PRI y a sus candidatos en las elecciones del segundo domingo de noviembre, sino porque deja entrever su preocupación de que al término del sexenio melquiadista se destapen algunos escándalos de corrupción.

 

Los estrategas del PAN no ignoran que la deshonestidad es uno de los antivalores que más repudio tiene entre los electores, tanto o igual que la incompetencia, que podría ser uno los ejes de campaña de PRI. Para muestra las últimas encuestas sobre el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, cuya fama de honestidad se redujo de 59 a 21 puntos, mientras que su intención de voto cayó de 37 a 24%, tras los videos que exhibieron a dos de sus más cercanos colaboradores apostando en Las Vegas y llenando un portafolios con miles de dólares.

 

A nivel local, los sondeos otorgan al priísta Mario Marín una ventaja de 18 puntos sobre el panista Francisco Fraile, uno de cuyos slogans ya perfila el tipo de campaña que se propone realizar, una vez que su partido lo haga oficialmente candidato a la gubernatura: “Paco Fraile, Pacombatir la corrupción”.

 

Esta enorme diferencia de 18 puntos es, sin embargo, engañosa. En primer lugar, porque si la pregunta se hace no por qué candidato, sino por qué partido votará en las próximas elecciones, la distancia se reduce a 8 u 11 puntos. Y en segundo lugar, porque el PRI viene de un largo proceso interno, con una gran despliegue de propaganda por todo el estado, sin punto de comparación con el efectuado por el PAN.

 

La corrupción es una tema que atrapa la atención de los electores, sobre todo cuando ésta no sólo se denuncia sino se documenta y se exhibe como ocurrió con los video-escándalos del ex secretario de Finanzas del gobierno del Distrito Federal, Gustavo Ponce Meléndez; el ex presidente de la Asamblea Legislativa del DF, René Bejarano Martínez, y el ex jefe de la Delegación Tlalpan, Carlos Ímaz Gispert.

 

A nivel local, los casos de corrupción de la administración estatal no son pocos. La ventaja para el PRI es que hasta el momento éstos sólo se han exhibido de manera parcial o como fenómenos aislados o inconexos, que atañen a funcionarios de segundo o tercer nivel.

 

Sin embargo, la posibilidad de que en la actual coyuntura electoral se reaviven algunos actos de deshonestidad de funcionarios, ex funcionarios y de familiares del gobernante en turno, con nuevas y escandalosas evidencias documentales, no debe descartarse.

 

Un primer aviso fue el mail difundido el viernes 5 de marzo en las páginas de e-consulta, donde su emisor Gerardo Rodríguez no sólo involucró al hijo y al hermano del gobernador Melquiades Morales en la asignación y adjudicación de millonarios contratos de obra, de suministro de bienes y de prestación de servicios, sino que los vinculó y los hizo aparecer como causa de que Transparencia Mexicana haya ubicado a Puebla como el estado más corrupto del país.

 

El referido correo electrónico, cuyo texto de 15 cuartillas refleja un trabajo de seguimiento e investigación de largo aliento a la gestión de Melquiades Morales, fue enviado a columnistas y directivos de medios como El Universal, Reforma, El Norte de Monterrey y Proceso, así como de organizaciones Alianza Cívica, de Sergio Aguayo Quezada, y Transparencia Mexicana, de Federico Reyes Heroles, algunos de los cuales ya indagan al respecto.

 

Otro fenómeno sintomático de que la corrupción se perfila como uno de los asuntos que marcarán la agenda política de los comicios en marcha es la postura que algunos partidos y actores políticos han venido asumiendo a partir del 15 de enero, fecha en que Melquiades Morales rindió su penúltimo informe de gobierno.

 

Pero la certeza de que el PAN se presta a hacer del cáncer de la corrupción parte de central de su campaña política en Puebla y otros estados de la república mexicana, donde este año también habrá elecciones, es el anuncio de Rogelio Carvajal, director ejecutivo de la fundación Rafael Preciado, en el sentido de que en la próxima Convención Nacional del PAN —prevista para los días 24 y 25 de abril— se aprobará un nuevo programa de acción política, que tiene como principal tarea combatir los actos de corrupción en el sector público y privado, así como garantizar una gestión pública honesta, eficiente y de calidad.

 

Y, el discurso anoche pronunciado por Francisco Fraile cuando se supo ganador de la elección interna de su partido, en el cual convocó a terminar con la deshonestidad heredada de otros gobiernos y con la simulación de aquellos que se dicen pobres pero actúan como millonarios, en clara alusión a Mario Marín y Melquiades Morales.

 

INTRAMUROS

Después de que una mayoría de panistas decidió apoyarlo como su candidato a la gubernatura, cuatro parecen ser los retos de Francisco Fraile García para convertirse en el primer gobernador de oposición en la historia política del estado.

 

1. Poner en marcha una especie de operación cicatriz, que tenga como principal propósito convencer a los panistas que ayer le dieron la espalda, de que la suya es una candidatura viable, capaz de disputarle al PRI, palmo a palmo, la gubernatura del estado en los comicios del 14 de noviembre.

 

Para hacerlo, quizás lo primero que Francisco Fraile deba revisar es qué tanta voluntad de apertura y conciliación hacia otros grupos y corrientes del partido muestran los miembros de su equipo de campaña, en especial su coordinador general Roberto Grajales Espina.

 

Cualquiera que sea el resultado, Fraile no debe renunciar a intentar una alianza con Luis Paredes Moctezuma y su grupo político, quienes —finalmente— obtuvieron el 35% de los votos en la elección interna de ayer.

 

2. Cuidar que en los procesos de selección que vienen al interior del PAN para presidentes municipales y diputados al Congreso del estado, los candidatos que surjan tengan perfil ganador, a fin de que no sólo se cuelguen de su imagen y la del partido, sino también sumen votos.

 

Para que Acción Nacional se meta en serio a la puja por la gubernatura no sólo debe mantener la alcaldía poblana y garantizar una alta votación, sino ganar los municipios conurbados a la capital. Si esta condición no se cumple, sus posibilidades de llegar a Casa son prácticamente nulas.

 

3. Asumirse como un candidato de oposición, lo que significa que el senador con licencia debe dejar en el clóset esa imagen que lo identifica como el Melquiades del PAN, por su estilo apocado y ese discurso hueco, ambiguo y lleno de lugares comunes que hasta ahora lo han caracterizado.

 

Sobre este punto, Fraile y sus asesores de imagen deben ser cuidadosos, pues de nada les serviría adoptar un discurso combativo, si éste no es convalidado en los hechos por el candidato, ni por su actitud frente a su adversario priísta y el gobernador en turno.

 

En política la forma es fondo. Y hasta ahora Fraile no es, ni parece un candidato de oposición.

 

4. Llevar al electorado una serie de propuestas viables y concretas, que terminen polarizando a los ciudadanos sobre los pros y contras que tendrían al votar a favor o en contra de su candidatura.

 

No basta con que Francisco Fraile diga que es mejor que Mario Marín, o que mientras él garantiza la honestidad, su contrincante la corrupción. Es necesario que explique los por qués, los cómos y los para cuándo, porque la incredulidad de sus propuestas puede marcar la diferencia entre convertirse en el próximo gobernador del estado, o ser el candidato que pudo, la acarició, fue suya y la dejó ir.

 

EN CORTO

            Este día a las 11 horas, Javier Casique Zárate rendirá protesta como director general de Servicios al Estudiante de la Universidad Autónoma de Puebla, cargo desde el cual operará a favor de Enrique Doger Guerrero como rector de la institución (¿o como candidato a la presidencia municipal de Puebla?), y quizás también para el futuro rector interino o sustituto, una vez que aquel pida licencia o renuncie para contender por un puesto de elección popular en los comicios del segundo domingo de noviembre. ***** El informe que Armando Valerdi y Rojas rendirá mañana ante el pleno del Consejo Universitario de la UAP podría ser el último como tesorero, lo que no significa que éste quedará fuera de la lucha por la sucesión en la máxima casa de estudios de la entidad, sino por el contrario. Ya el martes se sabrá. ***** Y hasta la próxima.