Lunes, 11 Julio 2005
Jul11

Venta fraudulenta en la reserva Atlixcáyotl

La historia que va a leer a continuación se refiere a la compra–venta de un terreno, identificado en los planos de la Reserva Territorial Atlixcáyotl-Quetzaltcóatl como UDU SA–28, que hace unos días fue adquirido por el grupo de Olegario Vázquez Raña para la construcción de un complejo hospitalario.

 

La historia tiene varias aristas: una, la más polémica, está vinculada al monto de la transacción, pues aunque el predio fue escriturado en 76 millones de pesos, en realidad se vendió en más de cien, aunque los 30 millones de diferencia no ingresaron a la caja del Fideicomiso, sino a la bolsa de un intermediario: Inmobiliaria Cinerest.

 

Otra arista, no menos interesante, de la operación, está relacionada con el uso de suelo del predio, que originalmente fue para una planta de tratamiento de agua, y que en los próximos días será modificado para permitir ahí la construcción de un complejo hospitalario del Grupo Ángeles, que constará de un centro médico de alta especialidad, dos torres para consultorios y un hotel de la cadena Camino Real.

 

Comienzo la historia con una pregunta:

 

¿Sabe usted dónde se ubicará el nuevo hospital Ángeles de Olegario Vázquez Raña, cuyo proyecto se anunció con bombo y platillos el pasado 30 de junio, en el marco de una lujosa cena en el hotel Camino Real?

 

Pues ni más ni menos que en las ocho hectáreas que formaban parte de la zona de amortiguamiento de la planta de tratamiento de San Francisco, en la Reserva Territorial Atlixcáyotl-Quetzalcóatl, y que al final de la gestión melquiadista el Soapap se vio obligado a entregar al gobierno del estado para que éste, a través del entonces director del fideicomiso, Omar Vergara Valderrábano, hiciera un pingüe negocio.

 

En efecto, los 80 mil metros cuadrados de ese predio, el UDU SA–28 (que originalmente se concibieron como área de seguridad en caso de una fuga o accidente con el gas–cloro que utiliza la planta para la desinfección y tratamiento de las aguas negras que procesa) fueron vendidos a una compañía inmobiliaria en la cantidad de 64 millones de pesos.

 

La operación, sin embargo, ya no logró protocolizarse en el sexenio melquiadista.

 

Esto último ocurrió hace unos días en la Notaría Pública número 50 de la ciudad de Puebla, cuyo titular es el ex presidente del Consejo de Notarios del estado de Puebla, Carlos Roberto Sánchez Castañea, pero con algunos cambios sustanciales. Y hete aquí lo interesante.

 

De entrada, la operación de compra–venta ya no se hizo entre el Fideicomiso de la Reserva Atlixcáyotl-Quetzalcóatl y la Inmobiliaria Cinerest, que había pagado 64 millones de pesos, sino entre el Fideicomiso y la empresa de Olegario Vázquez Raña —Grupo Vycsa—, que pagó por el mismo predio más de cien millones de pesos.  Sin embargo, de esa cantidad sólo ingresaron a la caja del Fideicomiso 76 millones de pesos.

 

La diferencia de 30 millones de pesos se la quedó Inmobiliaria Cinerest.

 

¿Por qué?

 

Es lo que tendrán que aclarar los directivos del Fideicomiso y los miembros de su Consejo Directivo, del que forman parte el secretario de Desarrollo Urbano y Obra Pública, Javier García Ramírez; el contralor, Víctor Sánchez Ruiz; el secretario de Gobernación, Javier López Zavala o su suplente Armando Toxqui Quintero; el secretario de Finanzas, Gerardo Pérez Salazar, o su suplente Jorge Huidobro; y el representante de Bancomer, institución que hace las veces de fiduciaria, Alejandro Marín Leal.

 

Muchas son las dudas que tienen que aclarar:

 

¿Quiénes son los socios formales y ocultos de Inmobiliaria Cinerest? ¿Por qué el Fideicomiso no vendió directamente al grupo de Olegario Vázquez Raña el predio UDU SA–28 si éste nunca jamás se escrituró a los socios de la Inmobiliaria? ¿Qué acaso los 30 millones de diferencia no ameritaban deshacer la operación que inicialmente se hizo con los recomendados melquiadistas? ¿Cómo convencerán a la Sedesol para que autorice el cambio de uso de suelo de ese predio, para construir ahí un complejo hospitalario? ¿Desde cuándo el Fideicomiso opera con intermediarios? ¿Cuánto dinero se movió por fuera para autorizar esta transacción a todas luces irregular? ¿No que éste era un gobierno de nueva generación?

 

Que alguien me explique, como dijera el comediante Eugenio Derbez.

 

INTRAMUROS

A reserva de ampliarle la información en una próxima entrega, le cuento que el empresario Ricardo Henaine Mezher está por hacer un jugoso negocio con las siete hectáreas que adquirió —a precio de ganga— en la reserva Atlixcáyotl para construir lo que sería uno de los mejores parques de diversiones del mundo, Valle Fantástico.

 

Y es que ante el fracaso y la poca afluencia de visitantes que registran sus juegos de feria de pueblo, el empresario reducirá el parque a dos hectáreas, y en las restantes cinco construirá lujosos conjuntos residenciales.

 

Ricardo Henaine cuenta en esta operación, por supuesto, con la complicidad de algunos funcionarios locales y federales. O al menos eso presume cuando le preguntan cómo le hará para cambiar el uso de suelo de las cinco hectáreas. Según él, Josefina Vázquez Mota, titular de la Secretaría de Desarrollo Social federal, ya le prometió esa autorización que multiplicará por diez su inversión.

 

Con el cambio de uso de suelo Henaine le aumentará por lo menos un cero a cada metro cuadrado de terreno que el Fideicomiso de la Reserva Atlixcáyotl Quetzalcóatl le vendió en el sexenio melquiadista.

 

EN CORTO

Que dos son los delegados federales —de filiación panista— que podrían encabezar el capítulo Puebla de la Fundación de Servidores Públicos (Funser), que a nivel nacional dirige Antonio Sánchez Díaz de Rivera, subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la Sedesol. Ellos son Ramón Mantilla González de la Llave, de la propia Sedesol, y Rubén Pedro Rodríguez Torres, de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). ***** Que el próximo coordinador de los delegados federales miembros del Partido Acción Nacional saldrá de Miguel Ángel Mantilla Martínez, delegado de la Secretaría de Economía, y Felipe Mojarro Arroyo, delegado del Infonavit. Un tercer candidato, pero que el pasado miércoles se descartó, tras reunirse con el dirigente estatal de su partido, Eduardo Rivera Pérez, era Carlos Ortiz Rosas, delegado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. ***** Que Roberto Marín Torres, hermano del primer priísta de la entidad, podría salir como candidato a diputado federal por el distrito de Zacatlán, e incluso contar con el apoyo político y financiero de los hermanos Luis y Ricardo Urzúa, y del socio oculto de éstos, Fernando Morales Martínez. ***** Que el secretario de Educación Pública del estado, Darío Carmona García, se promueve como candidato del PRI a una diputación federal, con el prurito de que sólo el gobernador Mario Marín Torres sabe cuándo dejará la SEP, y que por el momento él continuará dando su mejor esfuerzo al frente de la dependencia. ***** Que los priístas teziutecos han comenzado a integrar una especie de bloque TUCOM para oponerse a la posible candidatura del hijo del ex gobernador Melquiades Morales Flores por el tercer distrito electoral federal. Y es que, regionalistas como son, no quieren que un fuereño los represente, sino uno de los suyos: Jaime Olivares Pedro. ***** Que entre los aspirantes del PRI a una diputación federal por los distritos con cabecera en la ciudad de Puebla figuran Sandra Montalvo Domínguez, coordinadora del Organismo Estatal de Mujeres, y el diputado local Héctor Alonso Granados, presidente de la Comisión Inspectora del Órgano de Fiscalización Superior.