Puebla, a la zaga en materia educativa
El jueves pasado estuvo enla Universidadde las Américas Puebla (UDLA-P) para presentar su segundo libro “México sigue en riesgo: el monumental reto de la educación”, el investigador Eduardo Andere Martínez.
El libro, que a lo largo de sus casi 300 páginas confronta las creencias generalizadas sobre la educación en México contra la terquedad de la evidencia, dedica su segundo capítulo al análisis del modelo educativo nacional, aterrizándolo a las 32 entidades del país, a partir de la construcción de indicadores sobre cobertura, calidad educativa, eficiencia y la combinación de estos.
El resultado de su análisis es demoledor, en términos de competitividad de México con otros países y respecto de Puebla con el Distrito Federal y la mayoría de los estados de la República Mexicana.
De las 40 países que formaron parte de la evaluación PISA (Programme for Internacional Student Assessment) convocada por la Organizaciónparala Cooperacióny el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupó el penúltimo lugar en distribución de ingreso, con 54.6 puntos. El primero fue Hungría, con 24.4 y el último Brasil, con 59.1 puntos.
En México, la cobertura educativa para jóvenes de 15 años de edad, inscritos en segundaria o en el primer año de preparatoria, es del 58%, mientras que en Estados Unidos, Canadá y Finlandia es del 100%; en Corea del 99.9%, en Reino Unido del 95.9% y en Brasil, del 65.2%
A diferencia de lo que ocurre con otros países, en México se observa un fuerte rezago en el paso de la educación secundaria a la media superior, al caer la cobertura de87 a53.5%, y éste se hace aún más grande al llegar al nivel superior, pues mientras la cobertura bruta de México apenas llega al 21%, en Estados Unidos es del 81%, en Finlandia del 86%, en Canadá del 58%, en Corea del 82%, y en Reino Unido del 64% , de acuerdo con datos dela Unesco.
Sin embargo, la situación de Puebla es todavía más grave en cuanto a cobertura y calidad educativa 2001-2004, a decir del profesor-investigador del ITAM en su libro.
Eduardo Andere, al crear un índice de cobertura educativa, con los indicadores de los últimos cuatro ciclos escolares completos de 2000-2001 a 2003-2004 tanto de preescolar como de primaria y secundaria, donde la variable a considerar en preescolar es cobertura, en primaria deserción, eficiencia terminal y cobertura, y en secundaria absorción, deserción, eficiencia terminal y cobertura, manda al estado de Puebla a la posición número 27.
La entidad número 1 en cobertura es el Distrito Federal, le siguen Nuevo León, Baja California Sur y Coahuila.
En cambio los estados con menor cobertura educativa son Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Veracruz y Puebla.
Por lo que hace a calidad, la ubicación de Puebla no es mejor, con todo y que logra subir del lugar número 27 al 25.
Este índice —según explica el doctor en Ciencias Políticas por el Colegio de Boston y maestro en Economía y Administración Pública por las universidades de Boston y Harvard, respectivamente— está compuesto por el promedio simple de la dispersión de cada uno de los resultados en cada una de las pruebas o evaluaciones de las 32 entidades del país. Así, el índice mide cuántas veces y en qué proporción una entidad quedó por encima, igual o por debajo de las otras entidades, de suerte que al final el índice mide más la consistencia en buenos resultados que la precisión de esos resultados.
En el índice de calidad educativa 2001-2004, la primera posición la tiene el Distrito Federal, la segunda Nueva León, la tercera Durango, la cuarta Jalisco y la quinta Tamaulipas.
En los últimos figuran Michoacán en el lugar 32, Coahuila en el 31, Tabasco en el 30, Guerrero en el 29 y Chiapas en el 28. Luego están Guanajuato, Campeche y Puebla con los lugares 27, 26 y 25, respectivamente.
En el índice de eficiencia construido por Eduardo Andere, con base en el gasto del Fondo de Aportaciones parala Educación Básicay Normal (FAEB) para las entidades dela Repúblicay del ramo 25 para el Distrito Federal, dividido entre la matrícula de educación básica, preescolar, primaria y secundaria para los últimos cuatro ciclos escolares, de 2000-2001 a2003-2004, la posición de Puebla mejora sustancialmente.
Y es que la entidad poblana se encuentra entre las primeras cuatro con mayor eficiencia, es decir entre aquellas que menos gastan por estudiante.
Los estados con mayor eficiencia, en orden descendente, son el estado de México, Guanajuato, Jalisco, Puebla y Nuevo León. En contraste, las entidades con el menor nivel de eficiencia son Baja California Sur, Campeche, Nayarit, Colima y el Distrito Federal.
La combinación de los tres indicadores anteriores (cobertura, calidad y eficiencia), donde se pondera con el mismo peso cada uno de ellos mediante un promedio simple, pero considerando las 64 variables que con que fueron alimentados (40 de cobertura, 20 de calidad y 4 de eficiencia) permite la construcción de un Índice Integral de la Educación en México.
Este Índice Integral ubica a Puebla justamente a media tabla, es decir, en la posición número 16, al combinar los resultados de una baja cobertura y baja calidad educativa, con una alta eficiencia en la aplicación de los recursos públicos destinados a los niveles de preescolar, primaria y secundaria.
INTRAMUROS
¿Por qué el gobierno de Mario Marín aún no logra sortear la crisis en que lo metieron las llamadas telefónicas con el empresario Kamel Nacif, a propósito del caso Lydia Cacho?
Aunque las razones son varias, la más importante es que la estrategia marinista encaminada a recuperar la confianza de la ciudadanía se ha centrado más en los efectos que en las causas que la propiciaron.
Me explico:
La crisis del gobierno de Mario Marín es una crisis derivada de la pérdida de confianza y de credibilidad por las contradicciones en que incurrieron tanto el gobernador como sus principales operadores desde que comenzó el conflicto.
No haber dicho la verdad después de que se difundió su conversación telefónica con el empresario Kamel Nacif, es lo que tiene el Ejecutivo del estado contra las cuerdas. Las contradicciones han sido la constante en sus declaraciones de prensa del 15 de febrero a la fecha.
Primero dijo que apenas y conocía a Kamel Nacif y que su voz no era su voz, luego que su voz se parecía y que él no podía ser amigo de una persona involucrada con pederastas y, finalmente, que la que se escucha en la grabación si es su voz, pero editada, y que con Kamel sí tuvo un trato frecuente, en persona y vía telefónica, pero nunca en los términos en que se difundió su conversación con aquél.
Lo peor de todo es que en el colectivo ciudadano priva la percepción de que Marín no sólo ha mentido de manera reiterada, sino que su negativa de reconocer en forma pública su error es consecuencia de cierta soberbia y arrogancia.
Y es que si el gobernador es capaz de falsear la verdad en temas tan sensibles para la población como la seguridad y las garantías individuales, a propósito de la detención de la periodista Lydia Cacho, por qué no habría de hacerlo con sus promesas de campaña y sus logros de gobierno.
Si la apuesta de los operadores de imagen del gobernador, encaminada a que éste recupere la confianza de la gente, sólo se queda en ingeniosos spots de radio y televisión sin que el mandatario estatal reconozca —con humildad— que se equivocó y que está dispuesto a enmendar su error con trabajo y más trabajo, ni el marketing ni las campañas de medios lograrán su objetivo.
Y menos cuando la administración estatal condena, por un lado, el espionaje telefónico y, por otro mandar a espiar a sus críticos valiéndose de vivales como Gabriel Alós y de prácticas que distan mucho de las de un gobierno que se precie de democrático y tolerante.