28/Abril/2005
Beatriz del Castillo

De pronto, ¡¡¡bam!!!, se oyó el disparo que aumentó el desorden que ya imperaba en la sesión de Cabildo, esa en la que, además de introducirse un “arma deportiva”, se presentó el presidente municipal del PAN para pedir —sin éxito— la palabra; se manifestaron habitantes de San Francisco Totimehuacán y los regidores —panistas y priístas— ignoraron los múltiples llamados de orden del munícipe Enrique Doger Guerrero. 

La demostración del arma que se utilizó el pasado lunes para el desalojo de los habitantes de Canoa le costó a la regidora panista Jacqueline Littardi una amonestación pública por parte del presidente municipal y que la Comisión de Gobernación investigue su actuación, con posibilidad de sancionarla. 

Después de la detonación, abundaron los descalificativos entre partidos, por el lado del PRI los regidores Gabriela Escobar del Razo, César Sotomayor Sánchez y Gerardo Corte Ramírez mientras que por el lado del PAN los regidores Jesús Encinas Meneses y Manuel Janeiro Fernández. 

Como en las películas de Hollywood, después de la escena de acción y la del pleito llegó la dramática pues cuando los regidores panistas abandonaron la sesión los priístas Gerardo Corte y José Luis Rodríguez corrieron a su encuentro para pedirles que regresaran… pero ellos se fueron. 

La chica rubia del arma

Antes de iniciar la sesión, la llegada de Pablo Rodríguez Regordosa, presidente municipal del PAN, ya auguraba una sesión ríspida, lo que quedó confirmado con la  serie de denuncias que hicieron los regidores panistas en los primeros puntos de la orden del día. 

Se quejaron de modificaciones a los dictámenes al margen de los regidores, por errores en los mismos y por no cumplir con los acuerdos  de Cabildo, reclamos que el presidente municipal escuchaba uno a uno mientras aumentaba la velocidad con que movía su pie izquierdo y se endurecía su gesto. 

En la sesión se aprobó la incorporación del ayuntamiento al programa federal Hábitat en el rubro de Centro Histórico; se autorizó un convenio con la Secretaría de Desarrollo Social Federal para aplicar el programa de Ahorro y Subsidio para la Vivienda

Progresiva y la reposición del proceso legal en las colonias del sur. 

Entonces comenzaron los asuntos generales y con ellos el desorden. 

El regidor Jesús Encinas dio la bienvenida al dirigente municipal del PAN  y pidió que se le permitiera tomar la palabra, petición que presto negó el regidor Gerardo Corte: “no le vamos a dar el derecho a quien no ganó en las urnas y quiere entrar por la puerta trasera al Palacio Municipal”. 

Después de acalorada discusión entre regidores de partidos contrarios de porqué si y porqué no debía hablar Pablo Rodríguez, el presidente municipal —quien ya para ese entonces estaba aún más molesto— descartó la posibilidad basándose en el reglamento. 

Tratando de evitar que incrementara la tensión, el munícipe pidió a todos los regidores que informaran los puntos que tratarían en asuntos generales y aunque Jacqueline Littardi dijo que fijaría su posicionamiento sobre el desalojo de los habitantes de Canoa —ocurrido el pasado lunes— y que “haría una demostración”, los presentes no se imaginaban en qué consistiría ésta. 

Y es que tras leer el documento que llevaba Pablo Rodríguez, la regidora sacó de abajo de su lugar una pistola de aire que detonó: “solo es aire, no tiene balas, y quiero que se ponga alguno de los que dice que esto no duele para que le eche aire y me diga si duele o no”, grito la regidora mientras el edil, molesto, la llamaba al orden. 

Los regidores César Sotomayor, Gabriela Escobar y Gerardo Corte comenzaron a criticar lo ocurrido pues consideraron peligrosa la demostración de la regidora: “que si al rato se usan perros o toletes los van a traer aquí para hacer demostraciones”, comentó Corte Ramírez, a quien en más de una ocasión el edil también llamó —sin éxito— al orden. 

Por su parte el presidente municipal amonestó públicamente a la regidora Littardi, instruyó a la Comisión de Gobernación para que investigara su actuación y advirtió que a partir de la próxima sesión de Cabildo se aplicará con mayor rigidez el reglamento interno. 

En conferencia de prensa consideró penoso que tengan que reforzarse las medidas de seguridad en el Palacio por temor a que los regidores panistas introduzcan ese tipo de objetos a las sesiones. 

No se vayan…

Tras el sobresalto del disparo, el regidor Manuel Janeiro Fernández denunció que el ayuntamiento intervino en las planillas de las juntas auxiliares, pues en la Noticia Administrativa la Secretaría de Gobernación reconoce que su personal participó en la elección interna de la planilla Círculo Rojo de Canoa. 

La respuesta a su denuncia no llegó, como tampoco el turno para que hablara la regidora Jacqueline Littardi a pesar de que mantuvo levantada la mano varios minutos, por lo que los 6 regidores panistas decidieron abandonar la sesión, al igual que Pablo Rodríguez. 

Los priístas Gerardo Corte Ramírez y José Luis Rodríguez Salazar corrieron a su encuentro para pedirles que regresaran a la sesión y continuar con el trabajo “para que desquites el sueldo”, le dijeron al regidor Manuel Janeiro quien tras discutir unos minutos terminó por irse.