16/Mayo/2005
Blanca Patricia Galindo

Cuando Nora Lustig asumió la Rectoría de la Universidad de las Américas Puebla (UDLA) el viernes 28 de septiembre de 2001, tal vez nunca imaginó que su gestión estaría marcada por una de las mayores fracturas al interior de la institución.

Y es que en febrero de 2003, las críticas en su contra llovían por distintos lados, debido a que se le acusaba de ser la responsable de cambios administrativos que ponían en riesgo la viabilidad de la casa de estudios.

Uno de los señalamientos más duros, que provocó incluso que Lustig viviera uno de los días más críticos de su rectorado, fue el de su antecesor en el cargo, Enrique Cárdenas Sánchez, quien a través de un correo electrónico enviado a la comunidad universitaria relataba la presunta comisión de irregularidades como el aumento de la nómina en 65% y gastos en asesorías externas por un monto de hasta 200 mil dólares.

En esa oportunidad, Cárdenas Sánchez enumeró que en el actual rectorado se crearon cuatro direcciones generales (antes no existía ninguna), 15 direcciones (adicionales a las 19 direcciones existentes), así como 21 jefaturas de departamento nuevas (adicionales a las 50 jefaturas administrativas existentes).

“Evidentemente, esta situación no solo está deteriorando muy rápidamente a nuestra universidad, sino que puede comprometer su futuro”, acotó.

Pero pronto vino la respuesta a Cárdenas. Nora Lustig rebatió todos los señalamientos, cuestionando incluso la ética de quien fuera rector de la UDLA durante más de 20 años.

Apenas un día después de estos hechos, el empresario textilero Rodolfo Budib Name decidió separarse de su cargo de presidente del Consejo Universitario de la UDLA, lo que provocó fuertes críticas hacia las actuales autoridades universitarias y una reacción airada de parte de un grupo de industriales y comerciantes que también hablaron de dejar la institución.

Uno de los empresario que salió entonces fue Francisco Bada Sanz, mientras que la presidencia del Consejo Universitario fue asumida por el industrial refresquero Luis Regordosa Valenciana.

Ante esta crisis que arrastró a la Universidad durante varios días, Lustig recibió el respaldo del Patronado de la Fundación UDLA, y en una conferencia de prensa sobre la situación que se vivía —y previo a la salida de Cárdenas Sánchez de la casa de estudios—, la hasta ahora rectora sentenció en ese momento: “Sólo si me aburro de esta situación renuncio (...) y no me estoy aburriendo”.