Nov22

Mario Marín se autodefine ideológicamente de izquierda

Lunes, 22 Noviembre 2004

Tres días antes de las elecciones del 14 de noviembre, Mario Marín Torres encabezó una vespertina reunión con directivos de la Universidad Autónoma de Puebla, en casa del rector sustituto Enrique Agüera Ibáñez, en el fraccionamiento Rincón de Arboledas.

 

El encuentro fue de lo más interesante, pues por un lado el hoy gobernador electo Mario Marín Torres se definió ideológicamente y delineó lo que espera de la UAP en los próximos años, y por otro los directivos de la Universidad explicaron e hicieron implícito en qué consistió su apoyo a los candidatos del PRI.

 

A la reunión acudió además el entonces candidato del tricolor a la alcaldía de Puebla, Enrique Doger Guerrero, quien expresó su satisfacción por reencontrarse en esas circunstancias con sus amigos y ex colaboradores.

 

Tras la bienvenida del rector Agüera tomó la palabra el vicerrector de Docencia, Jaime Vázquez López, quien le explicó a Marín y a Doger cómo a través de una estructura piramidal dentro de la Universidad Autónoma de Puebla se tenían comprometidos miles de votos a favor de los candidatos del PRI.

 

Según la explicación de Jaime Vázquez, esta estructura de 500 operadores políticos, enraizada en las preparatorias, escuelas profesionales y facultades de la Universidad, con células de al menos 5 activistas por cada una de las 35 unidades académicas, están integradas por  jóvenes debidamente seleccionados, capacitados y comprometidos con el voto útil a favor del PRI y sus candidatos.

 

Otro de los participantes en la reunión fue Rigoberto Benítez Trujillo, director del Centro de Investigaciones sobre Opinión Pública (CISO) y director de Comunicación y Relaciones Públicas de la UAP, quien tras explicar el método y la estrategia seguida por la campaña de Enrique Doger, auguró un triunfo contundente y una votación histórica para los candidatos del PRI en la capital del estado.

 

Rigoberto Benítez presentó a los 15 o 20 convidados a la casa de Enrique Agüera, los resultados de algunas de sus encuestas y tracking diarios.

 

Enrique Doger habló en su turno de lo importante que había resultado para la Universidad y el PRI la unidad y cohesión internas, elogió la fortaleza y posicionamiento electoral de Mario Marín, y destacó el apoyo de la UAP a la campaña priísta. El ex rector fue enfático al comentar que la Universidad Autónoma de Puebla no sólo es una generadora de ideas, sino una institución capaz de estructurar una propuesta política sustentable.

 

Vino después la intervención de Mario Marín. Éste agradeció el respaldo y recordó su paso por la Universidad como estudiante de la preparatoria “Emiliano Zapata” y más tarde de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.

 

Dijo que gracias a la UAP él tenía un claro compromiso social con los que menos tienen y fue entonces cuando se autodefinió como de centro-izquierda, “aunque más de izquierda que de centro” y conminó a sus directivos a detener el avance de la derecha y el Partido Acción Nacional.

 

Mario Marín manifestó que así como la derecha tenía en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep) a su formadora de cuadros, la UAP debería ser la del PRI.

 

El candidato priísta a la gubernatura de Puebla fue más allá.

 

Apuntó que la única manera de garantizar la permanencia del PRI en los próximos años era fortaleciéndolo, por medio de una reestructuración de fondo y la renovación de sus cuadros dirigentes.

 

Y enfatizó que en esta última tarea, la universidad pública juega un papel fundamental, no sólo en la formación ideológica de sus egresados y profesionistas, sino como forjadora de una nueva generación de dirigentes priístas que sustituyan a la actual clase política poblana.

 

INTRAMUROS

Las cifras de las últimas tres elecciones locales arrojan lecturas harto interesantes sobre la magnitud de la victoria priísta y la derrota de los candidatos del PAN en los comicios del domingo pasado.

 

El dato más interesante, al revisar los cómputos de las tres últimas elecciones locales, es la consolidación en el estado de Puebla de un sistema bipartidista PRI-PAN, ya que proceso tras proceso los demás partidos obtienen menos votos en términos reales.

 

El PAN ciertamente es el gran perdedor de las elecciones del domingo, pero no en la magnitud con que se quiere presentar en algunos medios de comunicación.

 

A la luz de las cifras de 1998 y 2001, Acción Nacional obtuvo un crecimiento importante en su votación, incluso porcentualmente muy superior al PRI.

 

En 1998, en las elecciones para gobernador, Ana Teresa Aranda de Orea le dio al PAN 406,804 sufragios; en los comicios del domingo Francisco Fraile García obtuvo 620,481 votos, es decir 34.43% más que hace seis años. En este mismo periodo el listado nominal creció 21.69%.

 

En cambio, la votación del PRI entre la elección de Melquiades Morales Flores a Mario Marín Torres sólo creció 10.63%, al pasar de 760,939 a 851,470 votos.

 

Donde los papeles se invierten es en la capital del estado.

 

El ex rector de la Universidad Autónoma de Puebla, Enrique Doger Guerrero, no sólo logró recuperar para el PRI la presidencia municipal, sino revertir la caída de votación de su partido de los últimos procesos electorales.

 

En 1998, el PRI obtuvo en las elecciones para presidente municipal de Puebla 155,907 votos, el candidato de entonces fue Mario Marín; tres años después, con Carlos Alberto Julián y Nacer, subió su votación a 158,593 sufragios, pero con Enrique Doger llegó a 237,427 votos.

 

Es decir, con Enrique Doger la votación del PRI en la capital creció 33.20% respecto a 2001 y 34.33% respecto a 1998.

 

La votación del PAN también creció, pero en menor proporción, pues de 2001 -cuando Luis Paredes Moctezuma ganó la presidencia municipal- a 2004 sólo aumentó 12.55%, casi en la misma medida en que lo hizo el padrón electoral.

 

Sin embargo, su crecimiento en la capital del estado fue menor en comparación con otros municipios del interior del estado.

 

En términos generales, la votación del PAN para presidentes municipales aumentó 17.01%, al pasar de 510,019 sufragios que sumaron los candidatos panistas en los comicios de 2001 a 614,576 votos que obtuvieron ahora.

 

Otra cosa que las cifras electorales arrojan es que Fraile García no le restó votos al PAN, pero tampoco le sumó en la medida que lo hizo Mario Marín con el PRI.

 

Los números no mienten. Fraile obtuvo en la elección para gobernador 620,481 votos, el conjunto de los candidatos a diputados 603,985 y la suma de los candidatos a presidentes municipales 614,576 sufragios. Las cifras no muestran un fenómeno de voto diferenciado.

 

En contraste, Mario Marín obtuvo 851,470 votos, sus candidatos a diputados 748,130 y sus candidatos a presidentes municipales 733,333. El voto diferenciado es evidente.

 

Las cifras electorales revelan una realidad inocultable: Marín y Doger no sólo fueron mejores candidatos dentro y fuera de su partido que Fraile y Pablo Rodríguez Regordosa, sino que jalaron votos para el resto de los candidatos del PRI, lo que no ocurrió con los abanderados del PAN a la gubernatura y a la presidencia municipal de Puebla.

 

* Nota al margen: Las cifras electorales de 2004 corresponden al Programa de Resultados Electorales Preliminares, contratado por el Instituto Electoral del Estado.

 

EN CORTO

Ahora que Enrique Doger Guerrero y Mario Marín Torres ganaron la presidencia municipal de Puebla y la gubernatura del estado, con la colaboración de destacados universitarios de la Benemérita, las apuestas de quiénes saldrán de la Universidad Autónoma de Puebla para insertarse en la administración pública están al orden del día. Comencemos por los seguros: En primer término anote usted al director de la Promotora Universitaria, Jorge Alfonso Ruiz Romero; al director de Obras, Jorge Rodríguez Morgado, y al presidente de la Comisión Especial del Plan de Gran Visión 2020, Alfonso Vélez Pliego; los dos primeros irán a laborar al ayuntamiento de Puebla, y el segundo al gobierno del estado, previa jubilación con honores de por medio. Sigamos con los probables: Rigoberto Benítez Trujillo, director de Comunicación y Relaciones Públicas; Ramón Galindo Ramírez, director de Adquisiciones, Proveeduría e Inventarios; Fernando Juárez Labadie, director del Centro de Tecnología Educativa. Ahora vayamos con los que serán invitados, para que dejen de ser olas en la UAP: Armando Valerdi y Rojas, secretario general, ex tesorero y aspirante a la rectoría, y Guillermo Nares Rodríguez, ex secretario general, ex vicerrector de asuntos estudiantiles y virtual director del Instituto de Ciencias Jurídico Políticas aún en proyecto; Ricardo Moreno Botello, ex vicerrector de Docencia, ex vicerrector de Extensión y Difusión de la Cultura y aspirante a la rectoría en el 2005, y Francisco Vélez Pliego, consejero universitario y aspirante opositor a la rectoría. Y finalmente con los que quieren, pero no tienen nada seguro: Jacinto Prieto Alcántar, secretario particular del rector, y Luis Enrique Sánchez Fernández, director de Vinculación y Gestión de Rectoría, este último por cierto hizo explícito su deseo la noche del jueves 11 de noviembre durante una privadísima reunión en casa del rector Enrique Agüera, en presencia de Mario Marín y Enrique Doger. ***** Aunque hasta el momento el presidente municipal de Puebla, Luis Eduardo Paredes Moctezuma, ha mantenido un prudente silencio sobre la debacle panista en las elecciones del domingo pasado, y de la cual él no es ajeno, ello no significa que esté cruzado de brazos. Para nada. Luis Paredes va tras la cabeza de Eduardo Rivera Pérez, presidente del Comité Directivo Estatal del PAN. Para lograrlo él y sus operadores han comenzado a preparar el golpe, con el apoyo de dirigentes de comités y delegaciones inconformes con el grupo de Francisco Fraile, de consejeros estatales resentidos porque no fueron nominados o han sido maltratados por colaboradores del ex candidato a la gubernatura, y de presidentes municipales electos que en este proceso electoral recibieron más recursos del alcalde de Puebla que de la dirigencia de su partido. ¿Cuándo darán el golpe? En la próxima sesión de Consejo Estatal del PAN, es decir, en diciembre. Ni antes, ni después. ***** Si le digo que en los próximos días habrá una profunda reestructuración en la dirigencia estatal del PAN, usted seguramente se imaginará, como yo cuando me lo platicaron, que ésta obedece a los magros resultados de las elecciones del domingo. Pues déjeme decirle que no, que los cambios en realidad obedecen a que los estatutos del PAN no permiten que el secretario general del partido o algún otro miembro de la dirigencia ocupe simultáneamente un cargo de elección popular. Tal es el caso de Rafael Alejandro Micalco Méndez, quien al ser electo diputado local por la vía plurinominal tendrá que renunciar a la Secretaría General del Comité Directivo Estatal. Con él también se irá el secretario de Organización, Marcos Castro Ramírez. Y para que vea que no le miento, le adelanto quiénes serán sus sustitutos. En lugar de Rafa Micalco llegará el diputado local saliente Roberto Grajales Espina, uno de los coordinadores de campaña del PAN en las pasadas elecciones, y en lugar de Marcos Castro, la regidora saliente Ruth Ramos Barragán, cuyo mérito es haberle llevado la agenda en algún tiempo al senador Francisco Fraile, quien este martes regresará a su escaño en la Cámara de Senadores. ***** Como excelente fue calificada la tesis del ex consejero electoral de Puebla Israel Arroyo García, quien el viernes pasado obtuvo el grado de doctor en Historia por el Colegio de México (Colmex) al defender su investigación “Arquitectura del Estado mexicano: formas de gobierno, representación política y ciudadanía 1821-1857” ante Marcello Carmagnani, Alicia Hernández y María Luna, quienes actuaron como sus sinodales. Israel Arroyo partió este domingo, junto con su esposa Ángeles Mascott hacia Washington, donde ambos no sólo radicarán seis meses, sino que continuarán sus investigaciones. Ángeles como becaria del Congreso de los Estados Unidos e Israel redactando y ajustando los últimos detalles de su libro sobre la formación del Estado mexicano en el Siglo XIX y que posiblemente le edite el Fondo de Cultura Económica. ***** Y hasta la próxima.