Feb07

Hasta los panistas votaron por Enrique Doger

Lunes, 07 Febrero 2005

El pasado 1 de febrero, el director del Centro de Investigación sobre Estudios de Opinión (CISO) de la Universidad Autónoma de Puebla, Rigoberto Benítez Trujillo, presentó un adelanto de lo que será su libro sobre el proceso electoral del año pasado en la capital del estado y las causas que llevaron Enrique Doger Guerrero no sólo a ganar la alcaldía, sino a que el PRI aumentara su votación en más de 30% en un trienio.

 

Como parte de su exposición ante los docentes y estudiantes de la facultad de Administración, Benítez proyectó un estudio titulado “Las elecciones de 2004 en el municipio de Puebla. Una lectura a partir de las encuestas”, del que hoy nos ocuparemos por la valiosa información electoral que contiene.

 

El trabajo combina dos tipos de análisis: uno de orden territorial y otro de orden sociológico.

 

Por lo que hace al territorial, que toma como base las encuestas realizadas por el CISO de 1995 a la fecha,  el estudio divide al municipio de Puebla en tres círculos concéntricos del centro a la periferia: uno, que comprende 81 secciones electorales ubicadas en el centro de la ciudad; otro, que agrupa a las colonias y fraccionamientos donde vive la clase media baja, media media y media alta, en el que se agrupan 254 secciones electorales, y el tercer círculo que es el más grande, con 342 secciones electorales, en las que se engloban las colonias populares y la mayoría de las juntas auxiliares.

 

La importancia de estos círculos radica en su dinámica electoral, pues el primer círculo es mayoritariamente panista, lo mismo que el segundo, mientras que el tercero es priísta, y por lo regular el que hace ganar o perder a los candidatos del tricolor en función de grado de participación. Si los del tercer círculo salen a sufragar el PRI gana, pero si se abstienen o lo hacen con una baja participación, entonces el PRI pierde.

 

En el tercer círculo viven 571 mil 435 electores, mientras que en el primero y segundo 358 mil 501.

 

Además del análisis por círculos concéntricos, el estudio de Rigoberto Benítez clasifica a los electores con base en su perfil socioeconómico a partir de su edad, género, estado civil, escolaridad, ingresos y ocupación.

 

Esta clasificación -cruzándola con los resultados de las encuestas preelectorales, de las encuestas de salida y de los cómputos oficiales- arroja las siguientes conclusiones: que en Puebla los hombres votan preferentemente por el PAN y las mujeres por el PRI; que a mayor escolaridad y niveles altos de ingreso, los electores se inclinan por el PAN; que las amas de casa, los empleados, los obreros y los jubilados tienen más simpatía por el PRI, lo que no sucede con comerciantes, profesionistas independientes, empresarios y estudiantes que votan mayoritariamente por el PAN.

 

El estudio expuesto por Rigoberto Benítez en el auditorio de la facultad de Administración de la UAP distingue cinco diferentes tipos de electores, que el director del CISO clasificó en voto verde, voto blanco, voto persuadible, voto convertible y voto azul.

 

El voto verde se concentra en 83 secciones electorales, el voto blanco en 85, el voto persuadible en 218, el voto convertible en 142 y el voto azul en 149, siendo las secciones electorales del voto verde las de mayor densidad y las del voto azul las de menor densidad.

 

En términos porcentuales, de los 929 mil 936 electores que existen en el municipio de Puebla, 12.3% pertenecen al voto verde; 12.5% al voto blando; 32.2% al voto persuadible; 21.0% al voto convertible y 22% al voto azul.

 

El voto verde está representado por aquellos electores que siempre sufragan a favor del PRI; es decir, el voto duro priísta.

 

El voto blanco por aquellos electores que se inclinan por el PRI, pero que pueden ocasionalmente votar por otro partido político, incluido el PAN.

 

El voto persuadible por aquellos electores que pueden ser persuadidos de sufragar a favor o en contra de un partido en función de sus candidatos, sus propuestas y la confianza o desconfianza que inspiren.

 

El voto convertible está representado por aquellos electores que a pesar de tener simpatía por una opción partidista, pueden ser convencidos de votar por otra distinta, en función del candidato, sus propuestas y la trayectoria de éste.

 

El voto azul es de los electores que siempre votan por el PAN, independientemente de quiénes sean sus candidatos, es decir, el voto duro panista.

 

En las elecciones del 14 de noviembre pasado, según el estudio realizado por Rigoberto Benítez, el candidato del PRI, Enrique Doger Guerrero ganó la presidencia municipal de Puebla gracias a que no sólo captó el voto verde y el voto blando, sino a que consiguió superar a su adversario del PAN, Pablo Rodríguez Regordosa, en las secciones electorales donde se ubica el voto persuadible y el voto convertible, e incluso en secciones consideradas de voto azul o de voto duro panista.

 

De los 242 mil 950 sufragios computados por Enrique Doger, 49 mil 549 pertenecen a secciones de voto verde; 30,631 de voto blando; 70 mil 318 de voto persuadible; 47 mil 755 de voto convertible y ¡44 mil 697! de voto azul.

 

En cambio, los sufragios del candidato del PAN se concentraron en las secciones de voto persuadible y voto azul.

 

De los 198 mil 895 sufragios obtenidos por el panista Pablo Rodríguez, 23 mil 875 provinieron de secciones de voto verde; 20 mil 390 de voto blando; 56 mil 375 de voto persuadible; 44 mil 718 de voto convertible, y 53 mil 537 de voto azul.

 

Los resultados anteriores apuntan una verdad infalible: que en el futuro inmediato los candidatos a un puesto de elección popular por el municipio de Puebla más que trabajar para los electores leales de su partido, que cada vez serán menos, deberán hacerlo por aquellos que se ubican en las franjas de voto persuadible y voto convertible, pues de lo contrario simplemente no ganarán, aun siendo aliados del gobierno que pretenden sustituir y éste tenga una aceptación favorable entre la población.

 

Y es que, en opinión de Rigoberto Benítez, una buena gestión gubernamental no es garantía de triunfo. Para muestra dos ejemplos: las elecciones de noviembre de 2001, donde a pesar de la buena imagen del gobierno municipal de Mario Marín, el PRI perdió la alcaldía, y la gestión de Luis Paredes Moctezuma, que pese a ser aprobada por sólo el 30% de la población, no frenó el crecimiento de la votación del PAN, al pasar de 170 mil 880 en las elecciones de 2001 a 198 mil 895 votos, en los comicios de noviembre del año pasado.

 

INTRAMUROS

A vuelo de pájaro, varias son las lecturas que arrojan los nombres de quienes integran el gabinete legal y ampliado de la administración estatal que hoy inicia.

 

  1. Que el grupo compacto del gobernador, la llamada burbuja marinista, es el que finalmente tendrá el control de las áreas operativas más importantes de la administración, lo que echa por tierra las versiones de que con Mario Marín habría un gabinete alterno o en la sombra, como ocurrió en el sexenio bartlista.

 

  1. Que Mario Marín optó, preferentemente, por gobernar con hombres a los que conoce y lo conocen, que experimentar con políticos o servidores públicos de otros grupos. Es cierto que en el nuevo gabinete hay personajes identificados con otras corrientes -como Martín Fuentes Morales, que fue designado procurador del Ciudadano; Pedro Ángel Palou García, que repetirá en la Secretaría de Cultura o Roberto Morales Flores que tendrá a su cargo la Secretaría de Salud- pero también lo es que éstos no ocupan secretarías “A” o dependencias prioritarias. En otras palabras, Marín optó por la conseja popular que reza: “más vale malo por conocido, que bueno por conocer”.

 

  1. Que con excepción de la procuradora de Justicia, Blanca Laura Villeda Martínez, los titulares de los despachos políticos de la administración estatal, como Gobernación, Desarrollo Social, Obras Públicas, Educación Pública, Comunicación Social y el DIF, están a cargo de operadores políticos natos, que no sólo tienen oficio sino experiencia para ganar elecciones.

 

  1. Que la Secretaría de Finanzas y Administración dejará de ser plataforma de políticos con aspiraciones de gobernador, como ocurrió en los dos últimos sexenios con José Luis Flores Hernández y Rafael Moreno Valle Rosas, para volver a ser con Gerardo Pérez Salazar la tesorería, la caja del gobierno, la administradora de los recursos públicos.

 

  1. Que la administración entrante no romperá, ni emprenderá una cacería de brujas en contra de colaboradores y funcionarios melquiadistas. La inclusión en el gabinete de personajes como Roberto Morales Flores, hermano del gobernador saliente; de Rómulo Arredondo Gutiérrez, en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; de Víctor Manuel Giorgana Jiménez, en Carreteras de Cuota Puebla; de Pedro Ángel Palou, en Cultura, y de Alberto Jiménez Merino, en la Secretaría de Desarrollo Rural, son una clara señal de la transición de terciopelo que habrá entre una gestión y otra.

 

  1. Que finalmente Mario Marín no cedió a las presiones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y su lideresa moral, Elba Esther Gordillo Morales, al designar como titular de la SEP a un joven profesor como Darío Carmona García, alejado de las grillas sindicales, mas no de la complicada burocracia educativa.

 

  1. Que el nuevo gobernador no tiene más facturas que pagar al grupo de Rafael Moreno Valle Rosas, después de que a éste lo hizo presidente de la Gran Comisión y coordinador de la bancada del PRI en el Congreso local. Cuando Moreno Valle declinó a favor de Marín en el proceso interno del tricolor, trascendió que como parte de los arreglos Fernando Manzanilla Prieto o Luis Banck Serrato sería nombrado secretario de despacho. Hoy que ninguno de los dos fue incluido en un puesto de primer nivel, tres pueden ser las explicaciones: una, es que el supuesto pacto nunca existió; dos, que el grupo de Moreno Valle está en la lona y, tres, que ni Manzanilla ni Banck aceptaron lo que les ofrecieron.

 

  1. Que la política de comunicación social del nuevo gobierno no tendrá como rasgo distintivo la tolerancia y el respeto, sino dos anatemas: el juarista de “a los amigos chayos y primicias y a los enemigos la ley a secas”, y el lopezportillista de: “yo no pago para que me peguen”.

 

EN CORTO

Ahora que ya salieron los nombres de quienes integran el gabinete de Mario Marín Torres, las presiones hacia el presidente municipal electo de Puebla, Enrique Doger Guerrero, van en aumento. Y una de estas presiones viene del gobernador saliente Melquiades Morales Flores, quien –aunque usted no lo crea- viene abogando por tres de sus más cercanos colaboradores: Carlos Arredondo Contreras, quien fue su secretario de Gobernación; José Ernesto Echeguren Barroeta, quien fue su coordinador de Participación Ciudadana, y Moisés Carrasco Malpica, quien estuvo al frente del PRI. Arredondo pretende convertirse en asesor legal de la Presidencia Municipal y el ex gordo Echeguren repetir como secretario particular o secretario de Participación Ciudadana. ***** A propósito. Los conflictos familiares de José Ernesto Echeguren podrían salir del ámbito de lo privado, para convertirse en auténticos escándalos de enriquecimiento ilícito tras su paso por el servicio público, primero como director de Participación Ciudadana y luego como director del Fideicomiso del Paseo del Río de San Francisco. A manera de adelanto deje que le cuente que dentro del juicio 1295/2004 que se ventila en el Juzgado Quinto de los Familiar pronto aparecerá, debidamente documentado, un expediente que detalla sus emolumentos mensuales, y algunos de sus viajes al extranjero como el que hizo a París, Francia, a finales del año pasado. Los ingresos mensuales de Echeguren como director del Fideicomiso ascendían a 400 mil pesos, sin incluir sus compensaciones J7, J8 y J9, que sumadas a su sueldo llegan casi al medio millón de pesos. ***** Una trivia: ¿Quién es el yerno incómodo que con la complacencia del director del fideicomiso de la reserva Atlixcáyotl-Quetzalcóatl, Omar Vergara Valderrábano, está haciendo un negocio redondo con un predio de esa exclusiva zona, a través de un prestanombres que pagó el metro a 300 pesos cuando en realidad su valor comercial es de 2 mil? Un tip: El suegro del susodicho –que no es empresario discotequero, ni restaurantero, ni comerciante de materiales de construcción- acaba de mudarse de una conocida residencia de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, otrora conocida como La Quinta de Los Claveles, al fraccionamiento Las Fuentes. ***** La iniciativa de Alejandro Manuel Torres Asomoza de solicitar el amparo de la justicia federal en contra de la decisión del gobernador Melquiades Morales Flores y del Consejo de Notarios de suspender el examen de oposición y el proceso para el otorgamiento de notarías podría ser imitada por otros abogados que se quedaron a un tris de obtener una de estas codiciadas patentes. Entre quienes podrían seguir su ejemplo anote usted los nombres de los que fueran secretario particular del gobernador Melquiades Morales, Héctor Enrique Reyes Pacheco, y coordinador jurídico de la Secretaría de Gobernación, Javier Ramírez Chantres. Ambos, junto con Torres Asomoza, fueron descartados para presentar el examen de oposición que se realizaría en la tercera semana de enero pasado, por no cumplir con los requisitos del artículo 39 de la Ley del Notariado del estado de Puebla. Sin embargo, más les valdría irse con cuidado, pues aunque el Juzgado Segundo de Distrito aún no desecha la solicitud de amparo promovida por Torres Asomoza, ya le negó la suspensión provisional, en virtud de que los actos que reclama tienen carácter de consumados. ***** Y hasta la próxima.