13/Noviembre/2002
Rosario Carmona Meza

El exc茅ntrico millonario Antonio Haghenbeck de la Lama cumpli贸 su 煤ltima voluntad, hered贸 su fortuna a los perros callejeros.

De nada sirvieron las protestas familiares.

Lo acusaron de todo, su sobrino-nieto Antonio, apel贸 a la ley para impugnar el testamento.

Y es que sus millones despertaron la ambici贸n y tras su muerte, la pol茅mica.

Due帽o de casas en el Distrito Federal, haciendas, piezas consideradas de colecci贸n, y otras propiedades, Haghenbeck se convirti贸 en impulsor de acciones protectoras de animales callejeros.

As铆, hace 17 a帽os, la 煤ltima voluntad en su vida se convirti贸 en la m谩s exc茅ntrica realidad.

Perros y gatos callejeros se convirtieron en los herederos de su fortuna.

Cuenta la historia que cuando los familiares de Antonio Haghenbeck de la Lama se enteraron de su muerte nunca imaginaron聽 su 煤ltima voluntad.

El Testamento no dej贸 lugar para las dudas.

Toda la fortuna reunida en vida deb铆a dirigirse a una sola causa: proteger a los animales callejeros.

Las protestas no se hicieron esperar.

A pesar de los reclamos de su familia, de los procesos legales para impedirlo y de cualquier intento desesperado, Antonio Haghenbeck, limpi贸 su conciencia -seg煤n cuentan las historias que se tejen a su alrededor- dedicando todo el dinero que reuni贸 en vida para crear una fundaci贸n de ayuda para perros que no tienen due帽o y vagan por las calles.

La riqueza que el millonario Haghenbeck atesor贸 ten铆a como antecedente la acumulaci贸n de bienes del clero.

Este caballero que vivi贸 como un ingl茅s modelo, sirvi贸 de prestanombres a la Iglesia y as铆 obtuvo una gran riqueza.

A su muerte, dej贸 su dinero para lo que 茅l consider贸, una buena causa.

As铆, desde 1985 la 鈥淔undaci贸n Haghenbeck鈥 trabaja para 鈥渄arle a los animales un trato respetuoso, como seres vivos que son鈥.

De nada sirvieron las impugnaciones de la familia.

Por lo que, de entrada, la fundaci贸n cre贸 un programa de esterilizaci贸n canina gratuita para evitar el nacimiento de m谩s perros de la calle, como una de las formas m谩s 鈥渉umanitarias鈥 de ir erradicando el problema, tan s贸lo en el a帽o 2000 se cumplieron 14 mil 703 esterilizaciones en la Ciudad de M茅xico y en provincia.

Eso no es todo, la Fundaci贸n recibe donaciones anuales que ascienden a 60 mil d贸lares en la sede instalada en los Estados Unidos.

El programa de las esterilizaciones ha ido aumentando cada a帽o, se considera que desde 1996 se han realizado m谩s de 40 mil esterilizaciones lo que ha evitado el nacimiento de unos 100 millones de perros que se habr铆an reproducido en cinco a帽os.

En el caso de Antonio Haghenbeck de la Lama, se cumpli贸 el deseo que antecedi贸 a su muerte.

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Hoy la Fundaci贸n Haghenbeck no s贸lo cuenta con programas de esterilizaci贸n sino que adem谩s tiene proyectos de desarrollo social, clubes y campos de entrenamiento que permiten obtener recursos.

Antonio Haghenbeck es uno de esos casos de millonarios que deciden dedicar su dinero a una causa por dem谩s pol茅mica.

Sin embargo, entre la 煤ltima voluntad de un exc茅ntrico millonario que muere y la determinaci贸n de sus familiares o asesores legales, hay un largo trecho de distancia.

As铆, el caso聽 de Haghenbeck no es el generalizado.

La lista de los millonarios que deciden dedicar su fortuna a causas de beneficencia es bastante larga, lo que se reduce es el n煤mero de quienes logran que su sue帽o se cumpla al pie de la letra.

Haghenbeck tiene su propia historia.

Este hombre, vivi贸 como un caballero del siglo XVIII y muestra de ello es la 鈥淐asa de la Bola鈥.

Y es que en 1942, este despreocupado hombre de refinados gustos, tapiz贸 las habitaciones de esa casa, incluyendo los aposentos de 鈥渧erano鈥 e 鈥渋nvierno鈥, con espl茅ndidas sedas, decorando los cuartos con muebles con acabados de marqueter铆a, jarrones japoneses, camas con dosel, magn铆ficos candelabros de cristal y crucifijos de m谩rmol; sobre la mesa, se dispon铆a la vajilla de plata y cristaler铆a.

En la casa, colocados en estantes y armarios, todav铆a quedan restos de sus art铆culos personales, tal como 茅l los dej贸, incluyendo su colecci贸n de relojes, sus gafas para lectura y sus tarjetas de presentaci贸n.

De acuerdo con sus historiadores, a su muerte, don Antonio dej贸 esa casa a la fundaci贸n que lleva su nombre aunque nunca asegur贸 los fondos para su mantenimiento ya que dej贸 todo el dinero de su inmensa fortuna a la causa de los animales.

La pelea por la riqueza de don Antonio se ha prolongado por a帽os y a帽os.

Incluso ha derivado en otras muertes.

Basta con recordar el juicio que perdi贸 don Agust铆n, uno de sus cercanos familiares que busc贸 la impugnaci贸n del testamento argumentando la enfermedad mental de Antonio Haghenbeck y al perder el juicio y verse obligado a pagar el da帽o ocasionado con un monto de 50 millones de pesos, prefiri贸 perder la vida y evadir a la justicia con el suicidio.

Los procesos legales no han terminado ah铆.

Sus familiares han peleado infructuosamente y as铆 lo reconocen.

El 27 de Septiembre de 1991, Jos茅 de la Borbolla Haghenbeck present贸 una demanda por la v铆a ordinaria civil para anular el testamento p煤blico donde don Antonio decide otorgar su fortuna al 煤nico heredero de su fortuna: "La Fundaci贸n" que lleva su nombre.

De igual forma, Carlos Haghenbeck Fraga promovi贸 un juicio intestamentario en Huejotzingo.

Patricio Haghenbeck C谩mara, de igual forma, recurri贸 a la justicia para reclamar la fortuna mediante un juicio de interdicci贸n.

Y es que el heredero 煤nico de la fortuna Haghenbeck dej贸 su testamento ante el Notario P煤blico n煤mero 95 del Distrito Federal el 26 de enero de 1991.

La versi贸n de los familiares es muy sencilla, por un lado apelan a la enfermedad mental de don Antonio, quien al momento de su muerte perdi贸 la sensatez y fue defraudado por el presidente del patronato.

Por otro lado, se present贸 una denuncia directa contra el beneficiado con la fortuna, por homicidio.

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El caso lleg贸 a la Comisi贸n de Derechos Humanos del Distrito Federal, que de acuerdo con su Gaceta, present贸 el Acuerdo de No Responsabilidad 10/94 donde se considera que todas las imputaciones que hace Antonio Haghenbeck C谩mara contra las autoridades que estuvieron encargadas de los juicios legales para declarar la nulidad del Testamento, son improcedentes.

El acuerdo se emiti贸 en el Distrito Federal el 3聽 de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro.

Antonio Haghenbeck, al igual que sus familiares, pele贸 por la fortuna.

En su b煤squeda por recuperar la inmensa riqueza present贸 una queja por escrito ante la Comisi贸n donde establec铆a que su t铆o abuelo, don Antonio, que era el depositario y administrador de la herencia de la familia, no estaba en pleno uso de sus facultades mentales al momento de dictar el testamento.

Como en una historia de pel铆cula, sobrino-nieto acus贸 directamente a V铆ctor Garc铆a Lizama, presidente de la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal, de aprovechar la enfermedad de don Antonio para obligarlo a dejar la herencia a una fundaci贸n.

Resulta que el mismo V铆ctor Garc铆a le impidi贸 a los familiares que hospitalizaran a don Antonio, cuando el t铆o se encontraba 鈥済ravemente enfermo鈥.

Los herederos frustrados cuentan que "durante la enfermedad de su t铆o, se presentaron una serie de irregularidades, todas propiciadas por la mala fe de las personas de la fundaci贸n. A su muerte, don Antonio decidi贸 que la fortuna familia pasara a manos de los animales callejeros.

De esa forma, el nieto decidi贸 iniciar un juicio de interdicci贸n.

Pasado un poco de tiempo, el 3 de septiembre de 1991, Antonio Haghenbeck fue nombrado tutor provisional de su t铆o.

Ese mismo d铆a, el millonario muri贸.

D铆as despu茅s, el 27 de Septiembre, Jos茅 de la Borbolla Haghenbeck present贸 la primera demanda, en la v铆a ordinaria civil, para pedir la nulidad del testamento p煤blico.

Ninguno de los intentos legales de los familiares dio resultado.

De acuerdo con sus versiones, las 鈥渕aniobras de distintas autoridades del Departamento del Distrito Federal, del Tribunal Superior de Justicia del DF, de la Procuradur铆a General de Justicia del Distrito Federal y del Registro Civil del DF鈥 dejaron a la luz una actuaci贸n parcial para evitar 鈥渜ue la herencia se entregara a los leg铆timos herederos鈥.

Las acusaciones directas contra V铆ctor Garc铆a Lizama incluyen el tr谩fico de influencias, en perjuicio de la familia Haghenbeck.

En esos intentos desesperados, los familiares presentaron una denuncia por homicidio que qued贸 registrado en la averiguaci贸n previa 11陋/2691/991-09.

Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia del DF determin贸 que el juicio testamentario 652/91 que promovi贸 la Fundaci贸n ante el Juez 26o聽 de lo Familiar del DF hab铆a emitido su dictamen v谩lido por lo que se reconoci贸 como 煤nica y heredera universal a la Fundaci贸n Antonio Haghenbeck y de la Lama, la que tiene el car谩cter de albacea.

Al final, V铆ctor Garc铆a Lizama fue exonerado.

El acuerdo de la Comisi贸n de Derechos Humanos que firma su presidente, Luis de la Barreda Sol贸rzano, no dej贸 satisfecha a la familia.

Antonio Haghenbeck y de la Lama, el anciano de 89 a帽os de edad, fue declarado en pleno uso de sus facultades mentales.

Los testimonios de los m茅dicos siquiatras Ada Patricia Mendoza Veivide, Carlos Cerecedo D铆az y Alfredo Monta帽o Ortiz, que afirmaron que el millonario estaba capacitado para decidir todos los actos de su vida civil y jur铆dica, fueron convalidados.

Y hasta las firmas de los testigos se reconocieron como v谩lidos, el Notario P煤blico, Javier Corre Field, y Blanca Celia Vilchis P茅rez, Ricardo Villalobos Reyes y Antonio S谩nchez Cabeza.

Para los familiares queda en duda el cambio del testamento.

Previamente el t铆o abuelo hab铆a escrito cinco testamentos, el primero el 4 de Noviembre de 1982 y en todos hay diferencias donde se afectan s贸lo algunos aspectos administrativos; pero en teor铆a, la 煤nica heredera permanente era la Fundaci贸n.

Desde 10 a帽os antes de su muerte, Antonio Haghenbeck ya ten铆a decidido dejar sus millones a los animales callejeros.

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Las esperanzas de los familiares a煤n no se han muerto.

Falta que se dicte la sentencia definitiva para la adjudicaci贸n del testamento aunque ya se declar贸 v谩lido por lo que, a pesar de cualquier reclamo, la 煤nica heredera es la fundaci贸n.

El mismo Haghenbeck previ贸 el revuelo que causar铆a su decisi贸n.

Por lo tanto, protegi贸 el testamento y mand贸 que se incluyera un dictamen de tres m茅dicos siquiatras para avalar su salud mental ante un Notario P煤blico.

Decidido a hacer valer su 煤ltima voluntad, el millonario Haghenbeck sigue siendo motivo de incomodidad para su familia.

Su sola menci贸n genera molestia, provoca rencor y despierta los m谩s dolorosos sentimientos que se encuentran, aparentemente, guardados.