15/Noviembre/2012
Emilio Lino y Rolando Lino

A Stanley Kubrick ya se le reconoce hoy en día como el mejor, o al menos como uno de los mejores directores de cine de los últimos 50 años. Y aunque no falta quien le discuta tal posición; el hecho es que muchos de sus trabajos fílmicos están reconocidos como grandes logros humanos.

No pocos han visto en “2001: Odisea del Espacio” la mejor película de todos los tiempos, dado su largo alcance a nivel filosófico, como por sus indiscutibles repercusiones como propuesta. Casi todos los filmes de Kubrick han dejado huella: “Lolita”, “Naranja Mecánica”, “Cara de Guerra” y por supuesto, “El Resplandor”.

Esta última cinta, dejó al Séptimo Arte invaluables contribuciones;  un increíble cúmulo de anécdotas; y también algunas oscuras leyendas. El más popular de los mitos nos lleva de vuelta a los años 60; después de que Kubrick realizara la magnífica “Dr. Strangelove” y se encontrara a medio camino de concretar su “Space Odyssey”.

El mito dice que la carrera espacial estaba más reñida que nunca. Soviéticos (el Imperio Ruso de entonces) y Norteamericanos ambicionaban plantar su bandera en la superficie de la Luna. Kennedy había muerto dejándole un duro compromiso a sus sucesores: Estados Unidos llevaría al primer hombre hasta el satélite terrestre. Promesa difícil de cumplir en medio de la complicada Guerra de Vietnam.

La leyenda dice que Washington habría tomado sus previsiones, comprendiendo que la conquista de la Luna sería un fenómeno mediático que determinaría la supervivencia y superioridad del proyecto norteamericano. Habrían sobrado razones –entonces- para llamar a Kubrick y ponerlo a cargo de tal superproducción. ¿Cierto o no? Hay escasas posibilidades de averiguarlo con certezas.

Lo cierto es que muchos expertos en el trabajo de Kubrick, sugieren que este genio dejó pistas en las cintas que realizó después de “Odisea del Espacio”, para confirmar que –efectivamente- fue él quien estuvo a cargo de la hazaña espacial, cuando menos en el aspecto mediático.

Tales versiones suenan casi tan increíbles, como aquella que durante casi cinco décadas ha sugerido que Paul McCartney –el miembro de The Beatles- murió y fue sustituido por un doble. Sin embargo, hay fotogramas en “El Resplandor”, que a cualquier podrían ponerle los pelos de punta. Y no por el terror psicológico en el que nos sume Kubrick, sino por la aparente confirmación de que la llegada del hombre a la Luna fue sólo una escenificación.

Para comprender la que parece ser la más contundente de todas estas supuestas pruebas, se requiere haber visto con gran cuidado la película. Eso, por supuesto, no se obtiene viéndola una sola vez. Así que, la primera tarde libre que tengas es una buena oportunidad para repasarla y tratar de identificar esta pista. De cualquier forma, los fotogramas involucrados vas a encontrarlos en la galería de imágenes que aparece en la parte superior de este reportaje.

Vayamos al momento de la película en que Jack Torrance (Jack Nicholson) y su familia ya están completamente solos y debidamente instalados en el Hotel Overlook, que cuidarán durante el crudo invierno. Su hijo Danny (Danny Lloyd) corre montado en un triciclo a través de los enormes pasillos. Si ya viste la película, seguro te será difícil olvidar la alfombra que cubre esos pasillos: patrones en forma de hexágonos donde predominan los colores naranja y rojo. Hay quienes creen encontrar aquí nada menos que la silueta de Cabo Cañaveral, justo el sitio desde donde fue lanzado el Apolo 11.

Y hasta ahí suena como cualquiera de las llamadas “teorías conspirativas”, si no fuera porque en una secuencia, el pequeño Danny aparece firmemente erguido encima de la moqueta. ¿Qué ropa lleva puesta? Precisamente un suéter de estambre donde justamente aparece bordado el Apolo 11. Los cochecitos de juguete que el pequeño tiene acomodados en ese instante sobre la alfombra  –al parecer- complementan una evocación muy directa al famoso lanzamiento que cambió la historia del mundo. Puedes observarlo –como ya se dijo- en las imágenes que acompañan a este reportaje.

Una de las cuestiones que caracterizaron siempre el trabajo de Kubrick es que era terriblemente detallista. Como todos los cineastas de ese nivel, no existe un solo objeto que aparezca por casualidad en cualquier fotograma de sus películas. Para darnos una idea de ello, basta mencionar que precisamente El Resplandor le valió al libro Guiness de los récords. Fue porque hizo 127 tomas de la escena en que Wendy (Shelley Duvall, quien personifica a la esposa de Jack) balancea un bat de beisbol para defenderse de su marido. Así era de detallista el gran genio. 

La alfombra, y el suéter de Danny, no son las únicas referencias que el filme hace con respecto al Apolo 11. En una escena donde Jack mira fijamente –y de una manera bastante perturbadora- a su familia, podemos observar un tapiz indio muy particular. Al lado de lo que parecen ser unas milpas (plantas de maíz), podemos apreciar ciertas figuras que guardan una estrecha similitud con el Apolo 11 montado en su lanzadera, el cohete Saturno V.

En otros fotogramas, una escalera y dos columnas alineadas –recuérdalo, estamos hablando del escrupuloso Kubrick que no dejaba detalles al azar- forman un juego de letra y números que parecen decir “A 11”, es decir, Apolo 11. ¿Exageraciones? Quizá. Pero es lo que muchos expertos en el trabajo de este formidable realizador han detectado.

Y una más: es casi imposible que hayas visto el filme sin que te llame la atención una marca en la escena en que el chef Dick Hallorann (Scatman Crothers) muestra la cocina y la despensa a Wendy y a Danny. “Tang” es esta marca, y es precisamente la bebida saborizante que llevaban los integrantes del Apolo 11. De hecho, el público norteamericano durante los años 60 y 70, asociaba a la marca Tang con los programas espaciales, a tal grado que incluso llegaron a pensar que fue inventada para ese fin.

En esa misma escena, pueden verse otros de los supuestos mensajes ocultos de la película, ya relacionado con otro tema. Varias latas muestran la figura de un indígena norteamericano. Se ha sostenido que El Resplandor expresa una muy personal queja de Kubrick acerca de la forma en que los indios americanos han sido tratados por los gobiernos de de Washington. De hecho, en la película se menciona que todo lo que ocurre en la trama, se debe a que el Hotel Overlook fue construido sobre un cementerio apache que los angloamericanos tomaron por la fuerza de las armas.

Cada quien determinará si todo lo expuesto es o no real. Lo cierto es que todas estas pistas son un buen pretexto para repasar de principio a fin la filmografía de Kubrick, uno de los artistas más visionarios que ha dado la Meca del Cine y por supuesto, el Séptimo Arte.