06/Abril/2006
Juan Pablo Proal

La red de complicidades políticas que solapan a la pornografía infantil no sólo involucra al gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, o al subsecretario de Seguridad Pública, Miguel Ángel Yunes Linares, sino también podría extenderse a Lino Korrodi, ex coordinador financiero de la campaña presidencial de Vicente Fox Quesada.

De acuerdo con la periodista Lydia Cacho Ribeiro, que presentó ayer en el zócalo de Puebla su libro Los Demonios del Edén, pronto saldrá a la luz pública una nueva conversación cuyos actores principales son el artífice de “Amigos de Fox” y el empresario Kamel Nacif Borge.

Cacho Ribeiro advirtió que aún faltan por conocer aspectos medulares sobre el crimen organizado que protege a la pederastia y anticipó que en breve se revelarán nuevas aristas sobre el escándalo que involucra a Marín Torres.

La investigadora concedió ayer una rueda de prensa en la que adelantó que la defensa del pederasta Jean Succar Kuri planea interponer un recurso de amparo para evitar la extradición del también dueño de las Villas Solymar, en Cancún. La periodista vaticinó que el socio del “Rey de la Mezclilla” podría tardar hasta un año en ser juzgado por la justicia mexicana.

No obstante, la defensora de los derechos humanos se dijo afligida por la seguridad de los menores de edad abusados por la red de pederastas liderada por Succar Kuri, pues éste podría presionar a las víctimas en caso de ser extraditado a Cancún, Quintana Roo.

La periodista que fuera aprehendida el pasado 16 de diciembre por la Policía Judicial de Puebla reiteró que la conversación que sostuvo Marín Torres con Nacif Borge fue verídica. Argumentó que el diálogo sólo fue editado sólo en tres fragmentos, pero no fue modificado en su contenido. Además, acotó que quienes filtraron las grabaciones aún tienen más audios archivados.

En su intento por aminorizar el escándalo que envuelve a su administración, Marín Torres envió a emisarios para tratar de llegar a una negociación con la parte acusadora, reveló la directora del Centro de Investigación y Atención a la Mujer (CIAM).

Lydia Cacho Ribeiro aseveró que los recientes relevos en el gabinete estatal sólo corroboran la complicidad de las autoridades en su detención.

“Los cambios son muy simbólicos, me siento profundamente agradecida con el gobernador Mario Marín, porque poco a poco ha venido comprobando mis declaraciones de cómo se confabuló el estado poblano desde la Procuraduría para mi detención”, ironizó la periodista en referencia a la remoción del ex titular de la Policía Judicial, Adolfo Karam Beltrán y el vocero Valentín Meneses Rojas.

Mario Plutarco Marín Torres “subestima la inteligencia de la sociedad civil”, enfatizó Cacho Ribeiro, quien reiteró que el gobernador es un vivo ejemplo de autoritarismo y persecución a los reporteros.

La escritora reprobó que el gobernador haya utilizado recursos públicos para difundir el llamado “spot de la verdad”. En dicho anuncio, el mandatario se valió de una empresa de peritaje de audio -que contrató con recursos del erario— para intentar persuadir a la ciudadanía sobre la falsedad de su conversación con Nacif Borge.

Cacho Ribeiro se congratuló porque la procuradora de Justicia de Puebla, Blanca Laura Villeda Martínez, haya leído el libro Los Demonios del Edén recientemente. Sin embargo, recordó que en meses anteriores la funcionaria descalificó el contenido de su obra aún sin abrir una sola página.

Anunció que mañana jueves a las 10:30 horas ratificará su denuncia contra el gobernador de Puebla ante la Procuraduría General de la República. La periodista exigirá la comparecencia de Marín Torres, de Villeda Martínez y un careo con Hanah Naked Bayeh, quien en una de las conversaciones sugirió a Nacif Borge que Cacho Ribeiro fuera violada en el Centro de Rehabilitación Social de San Miguel.

La directora del CIAM también denunció que la senadora priísta Lucero Saldaña ha sufrido exclusión por parte de la bancada tricolor. Cuando la Policía Judicial detuvo a la periodista, la legisladora intervino de inmediato para exigir la seguridad de Lydia Cacho Ribeiro.