11/Enero/2006
Jorge Cravioto

En los municipios de Honey, Pahuatlán y Pantepec, se ha detectado la presencia de grupos como el del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), en zona de frontera con la sierra del estado de Hidalgo, en donde se ha comprobado la existencia de movimientos insurrectos.

De acuerdo a datos recopilados por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en la región, si bien es cierto que no se tiene documentado el activismo directo de guerrillas, muchas organizaciones, sobre todo indígenas, mantienen simpatías con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y en menor grado con el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

Sin embargo, el CISEN refiere que a pesar de que en Puebla hay simpatía por esos movimientos armados, y no se niega que probablemente realicen prácticas de adiestramiento, no se considera como un “foco rojo” para el gobierno federal.

Para el secretario de Gobernación del estado, Javier López Zavala, esa zona de la sierra poblana es “pesada”, por lo que estima necesario coordinar esfuerzos con el gobierno del vecino estado hidalguense para “blindar” las fronteras de ambas entidades en materia de seguridad.

El funcionario aclaró que el actual gobierno del estado no ha tenido ningún informe de “brotes” o de gente ligada a la guerrilla. “Nosotros no tenemos presencia del EPR, nunca lo hemos tenido y el CISEN se lo puede decir con toda veracidad.”

Por le contrario, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional —dependiente dela Secretaríade Gobernación federal— advierte que la situación es complicada en la franja de territorio que conforman los municipios de Honey, Pahuatlán y Pantepec, por encontrarse en los límites con el estado de Hidalgo, donde sí existe la presencia del ERPI y de otros grupos llamados “independientes” considerados como subversivos y radicales.

Para esa dependencia federal, grupos de indígenas dela SierraNorte—que aglutinan a otras estructuras—,la Organización IndependienteTotonaca (OIT),la Unidad IndígenaTotonaca Náhuatl (Unitona), el Centro de Asesoría y Desarrollo de Mujeres (Cadem) así como la organización dela Defensade los Derechos Humanos “Tlacachihualis”, aunque lo niegan, adhieren al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

A pesar de que en el mes de agosto de 1996 el EPR atacó con armas de fuego y una granada a un cuartel militar de Nuevo Necaxa, del municipio poblano de Juan Galindo, donde cuatro soldados murieron, y de que en el mes de febrero de 1998 anunciara una “campaña insurgente por una nueva Constitución” en los estados de Puebla, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Tabasco, Valle de México, Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí y Tamaulipas, además de que en el 2000 se le atribuyó una explosión con petardo en las instalaciones del CISEN en esta capital, la presencia de este grupo armado enla SierraNorteno se tiene confirmada.

En tanto que en la región sur del territorio poblano, a la organización Mixteca-Popoloca-Náhuatl, también se le liga al EZLN, grupo insurgente que en los primeros días de febrero arribará a Tehuacán, luego seguirá su recorrido por Teziutlán, Zacapoaxtla y Cuetzalan.

También se señala que en la región de Acatlán de Osorio se encuentran los principales simpatizantes del Ejército Popular Revolucionario, debido a su cercanía con los estados de Oaxaca y Guerrero y su condición de marginación social.

¿Secuestros para financiar la guerrilla?

Existen versiones que sostienen que algunos grupos de secuestradores que principalmente han operado en el sur de la entidad, obtuvieron recursos para la adquisición de armamento y demás equipo para los movimientos subversivos.

Tal es el caso de la banda de secuestradores conocida como “Los Mochilas” que durante dos décadas sembraron el terror en la región de Izúcar de Matamoros, y de la que uno de sus cabecillas, Austreberto Cardozo, murió al enfrentarse ala PolicíaJudicialdel Estado (PJE) y ala AgenciaFederalde Investigación (AFI) a finales del año pasado, durante un operativo en la demarcación conocida como Las Minas.

Para el director dela PJE, Adolfo Karam Beltrán, además de asegurar que no descartan ninguna posibilidad de que eso ocurra, dichas versiones “son presunciones nada más”, ya quela ProcuraduríaGeneralde Justicia no tiene información confirmada que dé certeza de que los secuestradores operaban o lo hacen con esos fines.

Dijo que el gobierno del estado garantiza que los grupos guerrilleros difícilmente podrán ingresar, establecerse, y operar dentro del territorio poblano “porque hay un cerco muy estrecho de actividad de prevención y de investigación”.

Esta actividad de los secuestros para financiar grupos guerrilleros, a comparación de los estados de Oaxaca y Guerrero, ha disminuido en el estado de Puebla.

Cercanía con el EZLN

El Centro de Investigación y Seguridad Nacional confirmó que la escritora y periodista Lydia Cacho y el presidente dela Comisiónde Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán, Martín Barrios Hernández, tienen simpatía únicamente con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, pero no militan en la organización.

A ambos activistas se les considera “no peligrosos”, si bien su ideología de lucha, en el caso de Barrios, concuerda con la del EZLN.

Antecedentes sociales de una lucha

En el mes de julio de 1997, se dio a conocer con cierta reserva oficialla Encuesta Nacionalde Alimentación y Nutrición en el Medio Rural 1996 (ENAL 1996). La encuesta señaló a Guerrero como el estado con peores condiciones de vivienda, seguido de Veracruz, Oaxaca, Puebla y Chiapas.

Señaló como los estados con la menor capacidad de gasto en alimentación, con menos de tres pesos diarios por persona, a Chiapas, Guerrero, Hidalgo y Puebla. Indicó que en el estado de Guerrero 53% de los jefes de familia y 55% de las cónyuges jamás asistieron a la escuela y que en Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Veracruz ésta era la condición de escolaridad de más de 40% de los padres y madres de familia.

Informó que enla Huasteca, enla Sierra Nortede Puebla, enla Mixteca, en Tehuantepec y en el sur de Chiapas se presentaban niveles de entre 55 y 62% de desnutrición; que en Guerrero, Michoacán, Tlaxcala y el sur de Puebla la prevalencia de desnutrición era superior a 55% y que ahí se incrementaron de16 a25% las formas que la encuesta llama moderadas y severas.

Que en las comunidades no indígenas la prevalencia de desnutrición en la población menor de 5 años era de 38.5%, en las comunidades con presencia indígena era de 45.2% y que se elevaba hasta 58.3% en las comunidades indígenas.

De acuerdo con uno de los indicadores, la desnutrición afectaba a 50.9% de los niños de las comunidades no indígenas, a 59.5% en las comunidades con presencia indígena y a 73.6% de los niños de las comunidades indígenas.

Los datos anteriores son recopilados de Jorge Lofredo, politólogo cofundador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados y analista de este tema.

Refiere que cuando se difundió la encuesta, llamaba la atención que en los estados más violentados por la desnutrición como Guerrero, Oaxaca y Chiapas los movimientos armados rurales estuvieran presentes y que la ocupación militar aumentara.

¿Había un vínculo estructural entre la guerrilla rural y las condiciones extremas de pobreza? ¿El Ejército debía convertirse en el único indicador oficial de proyectos concretos a corto y a largo plazos?