15/Febrero/2006
Javier Puga Martínez

“¿Cuánta mierda hay allá arriba que no sabíamos que existía?”, dijo el delegado Zero —mejor conocido como subcomandate Marcos— al referirse a lo publicado ayer por el diario La Jornada que reveló la conversación entre el gobernador Mario Marín Torres y el “Rey de la Mezclilla”, Kamel Nacif.

“Todos nos preguntamos de cuánta maldad no nos enteramos porque no hubo una grabadora o una videocámara que nos lo hubiera dado a conocer. Las cosas van peor y allá arriba está lleno de inmundicia. ¿Cuánta mierda hay allá arriba que no sabíamos que existía?”, dijo en sus palabras de apertura.

El delegado Zero pidió unirse a “La Otra Campaña”, el gran movimiento que va a transformar a este país desde abajo y a la izquierda para que aquí se pueda gestar “La Otra Puebla”.

Después de cinco años de haber venido por primera vez a la capital del estado, en esta ocasión no pidió apoyo para el reconocimiento constitucional de los derechos de los pueblos indígenas, sino para unirse al “gran alzamiento nacional” pero no con armas o paliacates, sino con todo el dolor y rabia de los poblanos para transformar al país.

“Pedimos otro país, uno donde no existan Marín y toda la gente que lo acompaña. Les hablamos a todos ustedes, la gente humilde, la que está abajo. Cada vez que sientan rabia en su escuela, en su trabajo, en su casa júntenla y alcen su puño izquierdo. Y si todos lo hacen se va a extender por todo el país”.

Dijo que se trata de un gran movimiento nacional de rebeldía que no está invitando a votar por ningún candidato o por algún partido político, sino para echar a todos los políticos fuera, mandarlos a la cárcel junto con los violadores y asesinos, donde deben estar.

“La bandera (nacional) está llena de lodo y mierda por todos los que están allá arriba, por Fox y Martita, por todos los diputados y senadores, por todos los jueces y magistrados del Tribunal y por todo lo que se ve en los estados”.

Marcos señaló que ellos tienen “la manera de limpiar a la bandera”, que es cumpliendo desde abajo; que la gente diga qué necesitamos transformar y la forma en que se tiene que hacer.

“Proponemos una nueva ley, una nueva forma de hacer política y una nueva Constitución. Únanse a nosotros y juntos vamos a cimbrar al país desde abajo y a la izquierda”, sentenció el Delegado Zero.

“Marcos, qué chido es Marcos, Marcos qué chido es es es”
Con cinco horas de retraso, el subcomandante Marcos —o delegado Zero, o como usted guste llamarle— llegó al zócalo de la ciudad de Puebla.

Poco más de cien personas, de las aproximadas quinientas que llegó a tener el evento en su mejor momento fueron las que esperaron hasta el final, cuando se tocó el himno nacional y el himno al Ejército Zapatista.

Sin embargo, el ánimo no se perdió en ningún momento. Ni cuando siendo diez para las diez de la noche llegó la caravana de “La Otra Campaña”.

Ni cuando todos esperaban con ansias el discurso del delegado, fueron anunciados cinco oradores previos.

Ni cuando con chiflidos y gritos exigieron que el encapuchado hablara, se informó que sería presentada una obra de teatro realizada por niños. Ni qué decir, ni qué hacer: son niños.

***

Quizás fueron pocos los asistentes. Todos jóvenes en su mayoría. Folklóricos, vestidos con manta, botas, gazas e indumentarias indígenas. Cabellos largos, desaliñados, unos con días sin bañarse, otros con sus mejores galas, dependiendo si son rebeldes de la UAP o si son rebeldes de la Ibero, “que no es lo mismo ni es igual”, como diría uno de ellos.

El caso es que todos los rebeldes, nacionales y extranjeros, ricos y pobres, se reunieron en el zócalo ataviados correctamente para la ocasión. Como lo mandan los cánones de la “resistencia”.

Qué diferencia y contraste con las centenas de parejas y amigos, “los otros jóvenes”, que simplemente fueron espectadores lejanos. Se toparon sin querer con un evento que del cual nunca se enteraron. “Está cerrado el zócalo, quién sabe que hay”, dijo una muchacha molesta porque tuvo que dar más vuelta para ir al encuentro de su novio.

Irónicamente, esos jóvenes que también estuvieron en el zócalo nunca se enteraron de la invitación del delegado Zero para hacer una nuevo tipo de política, para “rebelarse” contra gobernantes como Mario Marín.

Prefirieron cargar con globos gigantes, ramos de flores, cajitas con regalos y dulces, y por supuesto, con lo que “La Otra Campaña” no les puede dar: una pareja de la cual recibir amor.

Amor físico, carnal, profundo o mera distracción para no pasar solo el Día del Amor y la Amistad. Lo que sea, pero que a muchos les permitió olvidarse precisamente de todo aquello a lo que invitó rebelarse el subcomandante Marcos.

“Marcos, que chido es Marcos, Marcos que chido es es es”