26/Marzo/2004
Blanca Patricia Galindo

Cuetzalan, Pue.- Tras casi doce horas de labores, anoche fueron rescatados los seis espeleólogos británicos que permanecieron atrapados por nueve días en la caverna Alpazat, quienes fueron sacados de la comunidad de Ayotzinapan fuertemente custodiados por elementos del Ejército Mexicano.

El estado de salud de los científicos fue reportado como óptimo por parte del comandante de la 25ª Zona Militar, Manuel García Ruiz, y por uno de los buzos que participó en el rescate, Manuel Moreno, quien explicó que los extranjeros tuvieron que bucear para salir de la caverna.

Minutos antes de las 6:30 horas de este jueves, el equipo de rescate descendió hasta la cueva para iniciar los trabajos de auxilio, pero fue hasta las 12:30 cuando el primero de ellos, Chris Mitcheill, fue sacado de la zona inundada y colocado en un salón –espacio plano- para que se aclimatara.

Al filo de las 18:30 horas fue cuando se informó que el último de los espeleólogos salió y sólo hasta ese momento los seis fueron sacados de la cueva para comenzar el ascenso a Ayotzinapan, siempre acompañados de representantes de la Embajada Británica, del Ejército Mexicano, de la Delegación del Instituto Nacional de Migración, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, de la Policía Estatal Preventiva y del Sistema Estatal de Protección Civil (Seproci).

Para poder sacar a los británicos de la caverna fue necesaria la presencia de dos buzos británicos y dos mexicanos, quienes se internaron a ésta primero para valorar su estado de salud y luego para guiarlos a la salida. En total, fueron 11 las personas que participaron de manera en las tareas.

Los rescatados fueron Jonathan Sims, Charles Milton, Simon Corneill, Chris Mitcheill, Toby Hamnett y John Roe. Los otros británicos que quedaron fuera de la caverna son: Steve Whitlock, Nikki Rowland, Kevin Welch, Michelle Gigg, Neil Brammer, John Taylor y Basil Norton.

En todo momento, elementos del Ejército estuvieron presentes, mientras el operativo era coordinado por el Seproci, a cuyo mando iba Joe Hernández Corona.

De acuerdo con versiones de vecinos de la población –habitada en su mayoría por indígenas náhuas y totonacos- los británicos tenían cerca de un mes de acudir todos los días al lugar. “Yo los veía como en la noche pasaban con sus linternas en la cabeza y caminaban en la carretera”, expresó Rufino Segura.

Platicó que sólo uno de los miembros del grupo habla algo de español y que casi no platicaban con la población, sino que se limitaban a descender a la zona de las cavernas.

Los seis científicos británicos en ningún momento fueron presentados a los medios de comunicación, e incluso siempre se dio preferencia a la cadena británica BBC de Londres.

Cuando los espeleólogos fueron retirados del lugar, se les llevó custodiados por militares y subidos a camionetas del Ejército. Sin embargo, cuando las unidades fueron retiradas de la comunidad y eran seguidas por las de los medios de comunicación, el paso fue obstaculizado bajo el argumento de que se había ponchado una llanta, lo que dio tiempo a que la unidad de que llevaba a los británicos se alejara sin conocerse su destino.

Lo que sí es un hecho es que los espeleólogos salieron custodiados y se prevé que permanezcan por unas horas en el Hospital Militar de Puebla y posteriormente serán presentados ante el Instituto Nacional de Migración.