15/Noviembre/2004
Selene Ríos Andraca

El Partido Acción Nacional perdió porque los candidatos no fueron los mejores; por el desencanto social; por el tipo de campaña negra que emprendió y por la frustración económica de los poblanos, según el titular del Centro de Investigaciones Sobre Opinión Pública (CISO), Rigoberto Benítez Trujillo.

Y es que el PAN realizó una contienda interna para elegir al candidato a gobernador, pero ésta solo tuvo un aspirante, Francisco Fraile García, mientras que para la presidencia municipal de Puebla, en su proceso hubo una serie de irregularidades cuando ganó la estafeta Pablo Rodríguez Regordosa sobre Roberto Ruiz Esparza.

El CISO de la Universidad Autónoma de Puebla presentó el último corte de las encuestas que realizó, y expuso que entre las razones primordiales por las cuales el Revolucionario Institucional  ganó el gobierno del estado, la capital y la mayoría de los municipios destacan el programa y las propuestas políticas que manejaron durante su campaña.

A decir de Rigoberto Benítez, el tricolor aprovechó las debilidades del PAN para posicionarse entre el electorado, y es que el albiazul cometió un error al elegir a sus candidatos, mientras que PRI realizó encuestas y optó por el aspirante que la ciudadanía exigió.

De acuerdo a los resultados del CISO, el 30.5% de los electores votó por el PRI por su programa y sus propuestas. “Asocien ustedes los resultados de los candidatos con propuesta y sin propuesta, entonces habrá una explicación lógica para el triunfo del PRI”.

El titular del CISO adelantó que el voto duro de los partidos se vio reducido, ya que la elección estuvo dominada por el volátil.

Otra de las razones que dio Rigoberto Benítez para la derrota de Acción Nacional es el desencanto que sufrieron los poblanos con los gobiernos panistas, a nivel federal con Vicente Fox Quesada y en lo local con Luis Paredes Moctezuma.

Aunado a ello, el PAN equivocó el diseño y la metodología de su penetración ciudadana, pues estuvo sustentada sobre la llamada “campaña negativa y propaganda negra”, además de que ésta se vio encomendada a los familiares.

 

“La campaña negra del PAN erró los objetivos de ataque para sus contrincantes e intentó seguir como un manual lo que funcionó en el 2000, con un candidato bravucón vestido de azul que atacaba el sistema político en vigor, tales motivos lo condujeron a la derrota electoral. Sucedió un fenómeno inverso al de hace cuatro años”, dijo.

Finalmente, los ciudadanos a nivel federal y local sufrieron una frustración económica pues los programas de gobierno y las propuestas no correspondieron con los hechos. Así la sociedad se siente engañada y que sin expectativas en las administraciones panistas.

El también director de Comunicación y Relaciones Públicas de la UAP comentó que los poblanos castigaron a Acción Nacional por el “marco económico recesivo, por los fuertes niveles de desempleo y por las nulas expectativas futuras”.

En cambio, el tricolor hizo una adecuada selección de candidatos y con equilibrio de género para los aspirantes a la diputación, además de realizar campañas propositivas, y algo que influyó en el ánimo de los electores fue “la personalidad renovadora” de Enrique Doger Guerrero y el gran arraigo de Mario Marín Torres.

 

El problema de los partidos políticos minoritarios, PRD, PT, PVEM y Convergencia es que intentaron mantener el registro y no se manejaron como una opción de gobierno, todos con los mismos membretes y con una repartición de candidatos entre ellos; en este sentido Puebla es el mejor ejemplo de la descomposición que sufre el partido del sol azteca.

Los últimos resultados del CISO

De acuerdo al estudio del CISO el 30.5% de los poblanos votó el pasado domingo por el programa y las propuestas políticas; el 12.4 decidió su sufragio por las simpatías partidistas; el 14.7 por la confianza; el 10.9 por la trayectoria política y el 10.3 por un cambio.

A pesar de la presunta “elección de Estado” que vaticinaron los partidos de oposición y de la parcialidad del Instituto Electoral del Estado hacia el PRI, el 77.2% de los poblanos consideraron que su voto sí sería respetado en las urnas.

Finalmente, el 78.4 de los poblanos decidió quién sería el sucesor de Melquiades Morales Flores desde un mes antes de la elección.