04/Octubre/2004
e-consulta

Presenta MMT su propuesta en Seguridad Pública

Ayer, el candidato del PRI a la gubernatura del estado, Mario Marín Torres, presentó su propuesta de gobierno sobre seguridad pública. A continuación el texto íntegro:

 

Señoras y señores representantes de los diferentes  organismos empresariales.

Señores representantes de las organizaciones e instituciones civiles y no gubernamentales.

Representantes del sector laboral: centrales obreras, sindicatos y organizaciones independientes.

Representantes de los medios de comunicación.

Rectores de nuestras universidades, tecnológicos y centros de educación superior del estado.

Amigos todos:

La seguridad pública es uno de los temas de mayor importancia en la agenda de los gobiernos de todo el mundo, es una tarea relevante e irrenunciable de la función administrativa del estado.

La seguridad pública es la garantía de orden, respeto y paz social que un gobierno debe brindar a la sociedad.

Pero el orden, respeto y paz social, tienen raíces profundas en los valores y cultura cívica, que la misma sociedad adquiere y promueve para sí misma.

El estado de derecho es justamente el marco y los parámetros que la sociedad exige, para la convivencia social plena.

La criminalidad y la violencia, son un problema mundial que tiene características particulares en los distintos países o regiones del mundo. Todas las sociedades la padecen con mayor o menor incidencia.

Las causas que la generan también son múltiples,  entre otras, se mencionan con más frecuencia las siguientes:

El deterioro de la vida mediante la frustración individual; la desesperanza psicológica y económica; la falta de oportunidades para la realización personal y colectiva; el derroche y la prepotencia de unos hacia otros; la sobrepoblación urbana; la violencia intrafamiliar; la violencia difundida por medios de comunicación; la pornografía; el alcoholismo, la drogadicción y la corrupción.

Carlos Saravia Castillón, en su libro “La criminalidad en México”, señala que “si bien es cierto que la pobreza, la falta de recursos técnicos o culturales, el alcoholismo y la drogadicción son factores criminológicos importantes, también es verdad que no son absolutamente determinantes”, como pareciera ser.

Para ilustrar lo anterior, refiere casos como el de China y Cuba, con muy bajos ingresos per cápita y reducidos índices de criminalidad.

Amsterdan y Copenhague están atestados de bares y restaurantes que ofrecen bebidas alcohólicas y marihuana como complementos de sus menús, y a la vez son ciudades seguras y tranquilas en Europa.

Luego entonces, la criminalidad en los países desarrollados no se debe a causas de la pobreza, más bien se atribuye a factores como: el deterioro moral o cultural; la pornografía; la violencia y  la corrupción.

En México, las cifras de incidencia delictiva son altas. El lugar que nuestro país ocupa en el contexto internacional es preocupante.

La INTERPOL, que entre sus funciones realiza la medición de la incidencia delictiva en el mundo; en el 2003 colocó a México en el décimo tercer lugar entre los países con mayor comisión de actos delictivos.

En cuanto a los países latinoamericanos, según este organismo internacional, ocupamos el segundo lugar, solamente superados por Chile que ocupa el número décimo segundo en la escala mundial.

Otros organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y la Organización de las Naciones Unidas nos ubican en sitios más alejados del primer lugar, ocupamos las posiciones 28 y 36, respectivamente.

El análisis de esta clasificación nos señala de manera lamentable, que el 44% de los delitos que se cometen en nuestro país están asociados con violencia, esto agrava la situación porque el daño que se genera al ciudadano es por partida doble.

A nivel federal, los delitos más graves y de mayor incidencia son los siguientes: narcotráfico, lavado de dinero, asociación delictuosa, tráfico de indocumentados, asalto y robo de mercancías en carreteras.

El Instituto Ciudadano de Estudios sobre Inseguridad (ICESI) revela que en el año 2003, en México se cometieron un millón y medio de delitos tanto del fuero federal como del fuero común, no obstante, también es lamentable observar, que de este total de acciones delictivas, la gran mayoría son del fuero común correspondiendo su atención a las entidades federativas.

Como respuesta a esto, la política que el gobierno federal diseñó para abatir la delincuencia, no canceló la estrategia implementada por los gobiernos pasados, introdujo variantes que se sobrepusieron a la anterior, con resultados aún inciertos.

Por principio de cuentas, se desestimó la utilidad del Sistema Nacional de Seguridad Pública, instituido el 31 de diciembre de 1994, mediante las modificaciones a los artículos 21 y 73, fracción vigésima tercera de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Entre las funciones más relevantes del anterior Sistema Nacional, se encontraban las reuniones periódicas entre los estados para identificar las regiones o entidades federativas de mayor incidencia delictiva, y evaluar sus principales vulnerabilidades y deficiencias.

De esta manera, mediante instrumentos financieros, tecnológicos, de capacitación y participación ciudadana, procuraba mantener la homogeneidad del sistema, garantizando la coordinación interinstitucional, para hacer frente a las acciones delictivas de mayor impacto en el país.

El actual gobierno federal optó por una nueva estrategia, fortalecer la Policía Federal Preventiva (PFP). Se firmó un acuerdo para la operación en la zona centro del país, y se creó el Programa Nacional de Estandarización de Policías Preventivas.

Se creó la Agencia Federal de Investigación (mejor conocida como la AFI), con la finalidad de descentralizar el combate a la criminalidad, incrementando los recursos a las entidades federativas, para que éstas la prevengan y combatan con sus propias políticas públicas.

Las medidas no han sido del todo afortunadas, sólo produjeron la impresión de volver a la antigua fragmentación del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Esto ha traído como consecuencia el resurgimiento de marcadas diferencias entre la incidencia delictiva regional en el país, y contradicciones entre la Presidencia de la República y otros órdenes de gobierno, la más relevante es la sostenida por el Presidente Vicente Fox y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal Andrés Manuel López Obrador, cuando el pasado 6 de julio el primer mandatario señaló que la ciudad de México era de las zonas más inseguras del país.

La declaración evidenció la falta de coordinación entre autoridades, y la manera en que el gobierno federal se desentiende de un problema que constitucionalmente debe de ser una de sus más altas responsabilidades.

Las contradicciones crecieron cuando el Jefe de Gobierno de la capital del país, acusó a la Presidencia de la República de alentar la marcha ciudadana realizada en la ciudad de México el pasado 27 de junio, esto agravó el problema al politizar un tema de extrema delicadeza.

Si bien la Ley que creó las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, no fue la panacea para resolver el problema de la criminalidad, sí dejó constancia de ser una herramienta que lograba uno de los elementos vitales en el combate a la delincuencia: la coordinación interinstitucional a nivel nacional.

Ahora bien, en la nueva dinámica en la que cada entidad federativa debe hacer frente al problema delictivo, tenemos que reconocer con justicia, que los esfuerzos del Gobierno del Estado de Puebla han sido fructíferos, tan es así que Puebla se ubica como una de las diez entidades más seguras del país.

Entre los delitos del fuero común que se cometen con mayor frecuencia en el estado, destacan: lesiones, robo, daño en propiedad ajena, homicidio, despojo, violación, fraude, allanamiento de morada y ataques peligrosos, entre otros.

Como candidato del Partido Revolucionario Institucional, propongo un programa de seguridad pública que tenga como misión inmediata ampliar la cobertura y mejorar la capacidad de respuesta de los cuerpos de seguridad pública, convocando siempre a la participación social ascendente.

Un programa que se apegue a la estrategia federal para no generar mayores distorsiones al Sistema Nacional de Seguridad Pública, pero que garantice la unidad y la coordinación necesaria para lograr la eficiencia y eficacia interna que necesitamos.

El Programa que propongo tiene siete ejes estratégicos, y 39 acciones respectivas; los ejes son los siguientes:

  1. Creación de la Secretaría de Seguridad Pública
  2. Estricta selección de elementos policiacos
  3. Mayor cobertura y capacidad de respuesta
  4. Sistema Estatal de Información
  5. Equipamiento, tecnología e infraestructura
  6. Coordinación interinstitucional
  7. Participación social

Primer eje

Creación de la Secretaría de Seguridad Pública.

La seguridad pública es la función del gobierno que tiene por objeto la preservación de las garantías ciudadanas, pero su actuación debe darse con estricto apego a las leyes y reglamentos que son objeto de esta materia, en tal virtud, será conveniente considerar las siguientes acciones:

Primera.

Creación de la Secretaría de Seguridad Pública.

Ha llegado el momento de crear la dependencia que se encargue de esta materia, un despacho que la atienda con el más alto profesionalismo, como corresponde a una de las más altas responsabilidades del gobierno.

Segunda.

Creación del Reglamento Interno de la Secretaría.

La creación de la Secretaría ameritará modificar tanto la Ley Orgánica de la Administración Pública, como la ampliación y actualización del Reglamento Interior de ella, con el propósito de que los mandos conozcan las atribuciones y facultades que deberán cumplir en el marco de la normatividad.

Tercera.

Creación de la Ley de Coordinación Estatal.

Impulsaremos la creación de un Sistema de Seguridad Pública Estatal, pero éste no debe ser un mero esquema de coordinación interinstitucional, contará con un marco jurídico que articule las distintas dependencias que integrarán este sistema.

Cuarta.

Reglamentar el funcionamiento de las cárceles preventivas.

Es conveniente asumir responsabilidades de cara a quienes se encuentran recluidos en las cárceles preventivas, pues no se cuenta con reglamentos que especifiquen qué derechos tienen, o cómo tratar a un detenido, indiciado o procesado que se encuentre en ellas.

Segundo eje

Estricta selección de elementos policiacos

Ante una delincuencia que se diversifica y especializa cada vez más, es conveniente que el gobierno y la sociedad continúen haciendo esfuerzos para contar con elementos policiacos mejor seleccionados, más profesionales y expertos en prevención y combate a la delincuencia, para tal propósito propongo las siguientes acciones:

Primera.

Selección e incorporación

De manera coordinada con el Registro Nacional de Personal Policial, manejaremos una estricta selección e incorporación de elementos; la sociedad tiene derecho a saber quiénes son los responsables de su seguridad y su tranquilidad, mediante este proceso evitaremos que personas viciadas, con tendencia delictiva o antecedentes negativos en otras corporaciones o entidades federativas, se infiltren en nuestras filas con propósitos delincuenciales.

Segunda

Formación policial

Se deben fortalecer los programas de formación básica de nuestros elementos policiacos, incorporando nuevas técnicas de entrenamiento físico – atlético, de control de infractores y uso de nuevas tecnologías para la comunicación, entre otras.

Tercera.

Servicio civil de carrera policial.

Para avanzar en la profesionalización de nuestros cuadros, tenemos que establecer el servicio civil de carrera policial. Esto nos permitirá, por una parte, dar estabilidad laboral al personal, y por la otra, invertir en su formación y capacitación con la seguridad de que estamos haciendo un gasto social para el futuro.

Cuarta.

Creación de la Carrera Técnica Policial.

Tenemos que acostumbrarnos a pensar que un policía es un servidor público, de su preparación depende la calidad en el trato al ciudadano y la eficiencia en su trabajo, por tanto, debemos valorarlo, reconocer e impulsar su preparación como servidor público, estableciendo en el sistema educativo y laboral, la acreditación de la carrera técnica policial. En este sentido, solicitaremos a nuestras universidades que incluyan en sus planes y programas esta preparación.

Quinta.

Respeto al ascenso escalafonario.

Hay servidores públicos ejemplares, que con dedicación y espíritu de servicio han entregado parte de su vida a la sociedad, vamos a revisar cuidadosamente su trayectoria para hacer efectivo su derecho al ascenso escalafonario que con toda justicia se hayan ganado.

Sexta.

Mejoramiento de sueldos y salarios.

Reconocemos su derecho al trabajo y a una vida familiar digna; que nuestros policías y sus familias, vean y sientan que con su trabajo es posible progresar, para ello y en la medida de lo posible, vamos a dignificar el ingreso económico de nuestros elementos policiacos.

Séptima.

Descentralización de los servicios de la Academia Estatal de Policía.

Vamos a mejorar esta academia; su concepto debe ser el de un recinto de capacitación, conocimiento y cultura, que cuente con servicios básicos como: aula virtual, biblioteca, talleres de cómputo y educación a distancia, un servicio que permitirá que la capacitación y la enseñanza, puedan impartirse en cualquier base de operación del estado con la misma calidad que se tiene en la capital.

Octava.

Capacitación especializada.

La diversidad del perfil de nuestro personal, nos permitirá tener una gama de posibilidades de desarrollo humano, desde aquellos elementos que tengan cualidades de conciliación, los de visión estratégica para la prevención, y los de marcada astucia y valor para desarrollar tareas de alto riesgo.

Por ello, debemos celebrar convenios nacionales e internacionales, para capacitar a nuestro personal dentro de las mejores academias, y para todo tipo de necesidades y contingencias.

Novena

Estímulos a elementos que cursen estudios universitarios.

Muchos elementos policiales, por razones diversas truncaron sus estudios, y sin duda habrá quien mantenga el deseo de continuar o concluir una carrera universitaria, por eso creo que lo más justo será brindarle las facilidades al alcance del gobierno, para que continúe su formación en el entendido de que la sociedad ganará un profesionista más.

Décima.

Estímulos y recompensas por buen desempeño

Cumplir con ejemplar lealtad, disciplina y espíritu de servicio debe ser una característica del servidor público profesional, por eso es conveniente distinguir y reconocer socialmente, a todos aquellos elementos que observen una conducta e historial de servicio intachable, el reconocimiento enaltece, dignifica y estimula al ser humano y lo hace más productivo.

Décima primera.

Evaluación permanente al personal.

Todo lo que hemos expresado hasta aquí no sería posible, si no contamos con los más modernos instrumentos de medición del desempeño, que den seguimiento al historial laboral de nuestros elementos, que nos indiquen quiénes son dignos de la confianza del gobierno y la sociedad, o quiénes han perdido esa garantía y tendrán que ser apartados de la institución.

Tercer eje

Mayor cobertura y capacidad de respuesta

El delito se comete a todas horas y en todos lados, la inhibición del delincuente puede lograrse con la presencia física policial, pero para generar esta sensación disuasiva, debemos tener capacidad de cobertura en todo el estado, para lograrlo propongo las siguientes acciones:

Primera.

Mayor impulso a la Policía Metropolitana.

Es impostergable dar un mayor impulso a la Policía Metropolitana, para que sea un cuerpo especializado que se distinga por su aspecto físico y por tener una capacitación especial, que responda a las exigencias de la incidencia delictiva en la zona metropolitana de la ciudad de Puebla.

Convocaremos al municipio de Puebla y los de la zona conurbada, para reforzar este cuerpo policial y que cuente con la más sólida preparación para prevenir y combatir el delito en esta gran mancha urbana.

Segunda.

Regionalización Policial del Estado.

Nuestra entidad federativa tiene siete regiones muy bien marcadas por su orografía, flora y fauna, por su gente y su cultura. En materia delictiva también es conveniente considerar estas diferencias regionales, porque está claro que cada región tiene su propia problemática, por esta razón, vamos a procurar que la seguridad pública se brinde conforme a las características demográficas y delincuenciales de cada región del estado.

Tercera.

Vigilancia en carreteras del estado

A nivel federal los delitos en carretera tienen un peso muy significativo, están dentro de los diez primeros, por eso es conveniente implementar dispositivos propios en carreteras estatales y federales, para coadyuvar con la federación en la tranquilidad de las carreteras en nuestro estado.

Cuarta.

Patrullamiento aéreo.

Este es un recurso imprescindible, no es un derroche de recursos sino una necesidad. Actualmente se está implementando, pero creo que las horas que se trabajan por aire son aún insuficientes. Tenemos que reforzarlo.

Quinta.

Creación de la Policía Forestal

La sustentabilidad es uno de los criterios fundamentales de nuestra propuesta de gobierno, por eso, vamos a crear la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, y para lograr la preservación y aprovechamiento racional de nuestros bosques, necesitamos un sistema de vigilancia especializado, con criterio muy distinto al del resto de la policía, necesitamos una especie de guardabosque consciente y experto, no corrompible y que trabaje de manera coordinada con los demás grupos de  seguridad pública.

Cuarto eje

Sistema Estatal de Información

Este eje comprende las siguientes acciones:

Primera.

Historial policiaco.

Es muy importante conocer el historial de disciplina y desempeño de nuestros elementos policiales, pero también es importante conocer algunos aspectos de su vida social y familiar, su desempeño como ciudadanos, como padres de familia, el Sistema Estatal de Información contendrá estos datos, para utilizarlos de manera estrictamente institucional.

Segunda

Registro de delincuentes con reincidencia.

Este es un trabajo extenuante y amplio para cualquier sistema de información, sin embargo, es necesario. En muchas partes del mundo se realiza, pues la reincidencia no es una buena señal ni para el gobierno ni para la sociedad, cuando la delincuencia de una persona se da en forma reiterada, la readaptación social requiere una mayor atención.

Tercera.

Modernización y difusión del servicio de emergencia 066.

El servicio que brinda este número telefónico ha sido importante, el diagnóstico señala que tenemos que reasignarlo a la nueva Secretaría de Seguridad Pública, para evitar triangulaciones y ganar tiempo entre la llamada de auxilio y la respuesta de la autoridad.

Cuarta.

Implementación del 01-800 para la denuncia ciudadana.

Este número apoyará a ciudadanos con incapacidad o imposibilidad para asistir a una agencia del Ministerio Público, y permitirá que la autoridad ministerial registre una denuncia por teléfono, con el compromiso de que el ciudadano se presentará con posterioridad a ratificar la denuncia.

Quinta.

Actualización permanente del diagnóstico estatal.

El Sistema Estatal de Información será la base para clasificarla e integrarla en bases de datos estadísticos por: zona, región, municipio o comunidad, para analizarla y mantener permanentemente actualizado el diagnóstico estatal por región.

Esto servirá para que el área encargada del análisis en prevención y combate a la delincuencia, así como de fomento a la participación social, diseñe las líneas de acción estratégicas que la corporación deberá seguir para reducir la incidencia delictiva.

Sexta.

Evaluación permanente de las políticas de seguridad pública.

Todos los programas de la Secretaría de Seguridad Pública, serán diseñados con un planteamiento metodológico, contarán con indicadores de seguimiento y evaluación, que nos muestren la aplicación de los recursos, en contraste con los logros obtenidos.

Quinto eje

Equipamiento, tecnología e infraestructura policial

De la eficiencia en los medios internos de comunicación y del equipo de reacción, depende una respuesta rápida y coordinada. Una comunicación con deficiencias hace perder la posibilidad de actuar de manera oportuna, por eso, en este eje propongo las siguientes acciones:

Primera.

Mejoramiento del equipo de trabajo policial.

Hoy en día, la innovación tecnológica es muy avanzada y permite lograr cosas inimaginables en otro tiempo, por esta razón, es necesario adquirir equipos de comunicación interna, de monitoreo de vialidades y lugares con elevada incidencia delictiva, detectores de sustancias tóxicas, equipamiento de laboratorios de criminalística, y todo aquello que nos permita actuar con los elementos necesarios para prevenir y combatir a la delincuencia.

Segunda.

Mejoramiento del equipo de protección del personal.

El servidor público de nuestras corporaciones está en permanente riesgo, su trabajo no es fácil, por eso es conveniente mejorar al máximo el equipo de protección, sobre todo para aquellos elementos cuyas misiones son de alto riesgo.

Tercera.

Dignificar los centros de readaptación social.

Sabemos que el costo de los centros de readaptación es elevado, sin embargo, tenemos que continuar mejorando el estado físico de las instalaciones y los servicios, para que la readaptación social sea efectiva, y por otra parte, evitar las fugas de reos.

Sexto eje

Coordinación interinstitucional.

La coordinación interinstitucional es el elemento medular, que permite la optimización de los recursos y el rendimiento de nuestros esfuerzos, para alcanzar los objetivos que nos proponemos. Sin un esquema eficiente de coordinación, la eficiencia y la eficacia serán pura ficción. Por ello, propongo las siguientes acciones:

Primera.

Conformación del Gabinete de Seguridad Pública.

Esta es una línea de acción que genera buenos resultados, permite reunir de manera periódica, a todos los titulares de las áreas que tienen que ver con el tema de la seguridad pública.

Es una primera instancia de coordinación, que permite el intercambio de información, se elabora una agenda común de riesgos y problemas, se distribuyen las actividades de acuerdo a competencias, se da seguimiento y se mantiene un balance permanente del estado que guarda la seguridad pública en el estado.

Segunda.

Conformación del Sistema Estatal de Seguridad Pública.

La coordinación de los diferentes organismos permitirá una concurrencia sistémica, en la que cada uno sabe dónde y cómo actuar, con quién y para qué coordinarse en momentos de necesidad o contingencia.

Tercera.

Coordinación de la Secretaría de Seguridad Pública con otras dependencias.

Es un imperativo categórico que la Secretaría de Seguridad tenga una estrecha relación con dependencias como: la Secretaría de Gobernación, la de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Dirección del Sistema Estatal de Protección Civil, la Policía Judicial del Estado, la XXV Zona Militar, la AFI y la PFP, entre otras.

Cuarta.

Fortalecer la coordinación con entidades federativas circunvecinas.

Es muy importante que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, de acuerdo a sus funciones, maneje una estrecha relación con sus homólogos de otras entidades federativas, no sólo para intercambio de información, también para la elaboración de planes estratégicos de prevención y combate a la delincuencia.

Quinta.

Regulación de las empresas de seguridad privada.

Admitamos que la seguridad privada es necesaria, hay ciudadanos que por sus actividades económicas requieren este servicio que el gobierno no puede brindar de manera exclusiva. No obstante, la actividad de estas empresas debe estar regulada por la Secretaría de Seguridad Pública.

Quienes proporcionan este servicio deberán contar con licencia vigente, con un reglamento que dé normatividad a sus acciones laborales y con un registro de personal certificado por la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.

Séptimo eje

Participación social.

Estamos viviendo la gran época histórica de la participación social, la sociedad lo es todo, sin su participación muy escasas acciones de la vida pública son posibles. Para continuar alentando la vida democrática y de la participación social propongo las siguientes acciones:

Primera.

Alentar la cultura de la prevención, el respeto a la ley y la denuncia.

La prevención del delito es una actitud que debe estar presente en todos nuestros actos individuales, familiares y sociales. La legalidad es un valor que también debe acompañarnos en todo momento, la debilidad en el valor de la legalidad provoca la corrupción, la corrupción genera la impunidad y ésta alienta el delito.

Ahora bien, cuando nos encontremos ante un hecho delictivo, de injusticia o impunidad, lo legal y moral es denunciarlo ante la autoridad correspondiente; el silencio por temor o indiferencia indudablemente  darán cobijo a la impunidad, y a un círculo vicioso degradante para la sociedad.

Segunda.

Creación del Consejo Ciudadano para la Prevención del Delito.

Como una forma de participación, vamos a convocar a las instituciones de educación superior, organizaciones civiles y no gubernamentales, para que se constituyan en un organismo que diseñe, sugiera y difunda a la sociedad, distintas formas de prevención del delito.

Tercera.

Fortalecer los Comités Municipal de Seguridad Pública.

Aunque en muchos casos los comités ya existen, es conveniente revitalizar sus funciones, para ello, alentaremos a las autoridades municipales para que propicien las reuniones de evaluación, analicen el tema de la seguridad pública en su entorno, y definan las medidas que gobierno municipal y sociedad, deberán tomar para prevenir la comisión de actos delictivos.

Cuarta.

Promover la evaluación vecinal de la seguridad pública.

Una medida de participación propicia para las grandes ciudades, donde la seguridad pública se maneja por sectores para garantizar una mayor eficiencia en la cobertura.

Su operación consiste en que el jefe policiaco del sector, visitará los barrios, colonias, fraccionamientos y unidades habitacionales que le correspondan, para que previo calendario mensual, promueva reuniones con los vecinos para evaluar el tema de la seguridad pública, de esa manera podrá focalizar los actos más recurrentes, y aplicar medidas preventivas o de combate.                                                    

Quinta.

Capacitación al sector social.

La Secretaría de Seguridad Pública contará con un área de participación social y capacitación, mediante ellas brindaremos orientación tanto a empresarios como a vecinos. La cultura de la autoprotección es vital para todos.

La cultura de la participación social es un elemento fundamental para el futuro, en materia de seguridad pública tenemos que estrechar la comunicación entre el gobierno y la sociedad, hacer más amable esta relación, trabajar juntos en la colonia, el barrio, el fraccionamiento. Adoptar las medidas necesarias para proteger a nuestras familias y nuestro patrimonio.

Reconozco que el gobierno, y en concreto, los cuerpos policiales tenemos que hacer mucho más para recuperar la confianza ciudadana. Aspiramos a que algún día, el ciudadano y el policía como servidor público, caminen juntos en la calle con tranquilidad y con respeto.

Señoras y señores:

Esta propuesta es práctica, realizable con nuestros propios medios y esfuerzos, viable en todos sentidos, por eso los convoco para que la analicen, la comenten y la enriquezcan.Estamos abiertos a todas las opiniones. En este tema la participación social es realmente fundamental y urgente, lo importante es que todos vivamos en el orden, en la tranquilidad y en el progreso.

Mi compromiso es hacer de Puebla el estado con la mejor seguridad pública en el país.

Trabajemos unidos por una Puebla segura.

Muchas gracias.