Qué haría usted si encontrara un ejemplar original de “El Quijote de la Mancha” rayado en algunos párrafos, o tachadas las ilustraciones sobre la vida indígena de la Nueva España de “La Historia de las Indias Orientales” o, peor aún, las obras de Francisco de Quevedo con hojas blancas pegadas sobre las paginas originales para impedir su lectura.
Usted y yo pensaríamos que se trata de la travesura de un niño, o algún acto vandálico que atenta contra el patrimonio cultural, y sin embargo no es ninguna de estas causas por las que usted puede admirar en la Biblioteca Palafoxiana 32 ejemplares censurados.
Se trata de la exposición “Libros Prohibidos; censura y expurgo en la Biblioteca Palafoxiana” que en una particular sala de exhibición nos muestran los métodos de control que utilizaba la Iglesia entre los feligreses al tachar o eliminar de los libros aquellas páginas que abordaran la sexualidad, el cuerpo humano o críticas contra la moral y las buenas costumbres.
Al entrar a la sala, la oscuridad del lugar y la música barroca transporta al visitante al pasado, a los años en que la Inquisición se encargaba de que aquellas ideas que iban en contra de la Iglesia no dejaran en los libros ninguna huella de su existencia, proceso que resultaba difícil al ser pocas las personas autorizadas por la Iglesia para censurar los libros, arrancando páginas o pegándoles hojas en blanco o expurgarlos, tachando aquellas palabras herejes o imágenes del cuerpo desnudo.
En estos 32 libros usted podrá ver cómo en la primera página se encuentra el nombre del autor así como el nombre y la firma de aquel que “corrigió” el libro; también encontrará que el tema de la homosexualidad desde aquellos años era motivo de censura y molestia para el clero.
Cuando finalice su recorrido, o a la par de éste, puede observar las tres presentaciones multimedia que le dan la oportunidad de conocer imágenes de otros libros prohibidos que también pertenecen a la Biblioteca Palafoxiana pero que por razones de espacio no se encuentran en exhibición.
De acuerdo con Alejandro Montiel, subsecretario de Cultura del Estado, éste es el primer acercamiento de la biblioteca para la digitalización de su acervo, proceso que no se ha concretado debido a la dificultad de encontrar un programa que supere el rápido avance tecnológico y que, al no volverse obsoleto, garantice en el futuro poder acceder a estos ejemplares por ese medio.
Otro problema a superar es la dificultad de encontrar métodos de captura que no dañen los ejemplares como lo hace el escáner.
“El ayuntamiento en la administración de 1994 invirtió un millón de dólares para digitalizar las Actas del Cabildo del Siglo XVI y XVII, hoy si tú vas al ayuntamiento ese trabajo no sirve porque todo se metió en discos ópticos de cristal que son irrecuperables porque IBM dejó de producir los materiales, entonces el millón de dólares se tiró a la basura”, comentó Montiel.
De acuerdo a los trabajos que se han hecho con la biblioteca de la UNAM se ha optado por primero tener un respaldo microfilmando los libros, pues tiene una duración comprobada de 100 años, y después buscar cómo se puede digitalizar estas imágenes.
Este será el próximo paso luego de 2 años de trabajo en restauración del inmueble y la estantería de la Biblioteca Palafoxiana –que será concluido en Febrero del próximo año- así como la cuantificación y clasificación de los 41 mil 582 libros que comprenden el acervo, acciones que requirieron una inversión de 2 millones de dólares, la mayor que se ha dado en este rubro.