01/Diciembre/2004
Claudia Lemuz

A más de siete millones de pesos ascienden los daños a 22 casas del fraccionamiento Las Ánimas, donde la constructora Langdon provocó explosiones como parte de las obras de un desarrollo comercial en esa zona, mismas que desestabilizaron el subsuelo y generaron fisuras en varios inmuebles.

Ante el peligro que existe en las viviendas, los colonos exigieron que la autoridad competente cancele de inmediato la obra y les garantice que los daños a sus propiedades serán pagados.

El centro comercial donde habrá un hotel, un corporativo con helipuerto, restaurantes, 10 salas de cine y un estacionamiento subterráneo –para mil 200 cajones-, es construido en el terreno denominado “el triángulo de Las Ánimas”, ubicado entre el circuito interior y boulevard Atlixco; esta área es propiedad de la fundación Mary Street Jenkins, una de las principales benefactoras del estado.

La labor que la fundación Jenkins ha hecho por Puebla es digna de reconocerse, pero incluso, los vecinos afectados recordaron que el predio donde se construye la nueva plaza debería ser un orfanatorio, porque así lo dispuso el Sr. William Jenkins en su testamento.

En conferencia de prensa, los colonos afectados recordaron que desde abril que iniciaron las excavaciones de 15 metros de profundidad sus casas empezaron a cuartearse, hecho que denunciaron ante autoridades estatales y municipales, sin que hasta el momento tengan una respuesta favorable.

Recordaron que también ya protestaron ante la Fundación Jenkins y ante la constructora, sin que nadie asuma la responsabilidad del impacto.

Jorge Saenz de Miera, presidente de la mesa de colonos de Las Ánimas, acusó que las autoridades al parecer solapan el proceder irregular de la constructora, debido a que se han negado a entregarles el estudio de mecánica de suelo y de impacto ambiental, donde se pueden detectar las fallas que hubo y resarcir los daños.

La negativa de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Ecología y Obras Públicas (Sedurbecop) de entregar a los vecinos copia del proyecto, hace pensar a los vecinos que no existe tal documento.

“Puebla es una vergüenza en desarrollo urbano”, sostuvo Jorge Saenz de Miera, quien acusó que los constructores del centro comercial no están sujetándose a la carta urbana.

 

A su vez, el especialista Jorge Guzmán Arciniega explicó que con las detonaciones que hizo la constructora para romper la roca y poder construir el estacionamiento subterráneo, se sacó de su cauce una vena de agua sulfurosa, lo que provocó que se les inundara la obra.

 

Para poder seguir, la constructora drenó el líquido e incluso ya construyó una salida al río Atoyac, donde diario cae agua sulfurosa equivalente a 2 mil 200 pidas de agua.

Al desviar la vena de agua, el subsuelo se resecó y esto provocó un vacío y, por ende, las cuarteadoras en las casas.

Jorge Guzmán indicó que con un pozo de rebombeo se puede volver a equilibrar el subsuelo, a fin de evitar que las casas se caigan. De lo contrario, en semanas la casa ubicada en la calle de Fresno, número 3521, que es la más afectada porque tiene unas 20 fisuras, se podría terminar de cuartear y hasta hundir.